La policía de Rusia irrumpió en un burdel del casco viejo de San Petesburgo y obligo a 11 prostitutas y a sus clientes a abandonar las instalaciones.
Posteriormente, les obligaron a desnudarse y a caminar unas cinco cuadras, según medios internacionales.
A este hecho, las autoridades le llamaron "La marcha de la verguenza", la cual fue vista con curiosidad por los vecinos, quienes fotografiaron y grabaron vídeos con sus smartphones.
En pocos minutos, las imágenes se viralizaron en internet y generó una acalorada discusión entre los internautas.
Mientras unos apoyaron la medida, otros pidieron que la Policía debió detener a los proxenetas, es decir, a quienes explotan a las mujeres.
Al final, las mujeres y los clientes fueron detenidos.