WASHINGTON. La CIDH pidió a EE.UU. que garantice el “acceso a la justicia” para los inmigrantes, en una audiencia pública.
EE.UU. debe cumplir todo el conjunto “de derechos humanos fundamentales, incluido el debido proceso, el acceso a la justicia, a recibir asilo”, afirmó el comisionado de la CIDH Enrique Gil Botero tras escuchar la exposición de organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes.
“EE.UU. tiene la obligación de garantizar los derechos humanos de todas las personas bajo su jurisdicción sin distinción de nacionalidad, situación migratoria o cualquier otra condición social”, subrayó Botero.
Según las organizaciones, EE.UU. no garantiza los derechos de los inmigrantes en los centros de detención donde los retiene y, además, devuelve a su país de origen a centroamericanos que huyen de la violencia y que, a su juicio, deberían considerarse refugiados. “EE.UU. debería detener el actual proceso de deportación”, pidió la representante de Human Rights Watch (HRW) Clara Long.
Michelle Brané, directora de la organización Derechos y Justicia para Inmigrantes, pidió que “garantice el debido procedimiento” y “asegure el tratamiento humanitario” para que “inmigrantes recién llegados elegibles para acogerse como refugiados” conozcan y ejerzan sus derechos.
La “detención masiva” de inmigrantes, a menudo mujeres y niños, se produce en centros con “carencias en la atención de salud”, señaló Denise Gilman, codirectora de Immigration Clinic.
“La presunción de inocencia se debería aplicar” y solo se debería retener a personas con “peligro real de que no se presentaran a las audiencias”, lo que no es el caso de las familias que los procedimientos actuales “rompen”, apuntó Gilman.
Además, Sarah Paoletti, de Penn Law Transnational Legal Clinic, denunció la falta de una “dieta saludable”, ya que la alimentación en los centros de detención consiste únicamente, según ella, en comida rápida a base de salchichas y hamburguesas.
En respuesta a la exposición de las organizaciones, el representante de la misión de EE.UU. en la OEA, Michael J. Fitzpatrick, reconoció que “este es un momento crítico para los ciudadanos centroamericanos” y que EE.UU. “tiene que tomar medidas” respecto a la llegada de inmigrantes del Triángulo Norte de Centroamérica.
Asimismo, consideró que “no es un tema” que su país “pueda resolver por sí solo”, sino que requiere “voluntad política” por parte de los países emisores de migrantes.