CIUDAD DEL VATICANO. El Papa Francisco pidió ayer la liberación de personas secuestradas en las zonas de conflicto y citó en especial el caso de un sacerdote indio secuestrado hace un mes en Yemen.
“Renuevo mi llamado a la liberación de personas secuestradas en zonas de conflicto armado, y quiero en especial recordar al sacerdote salesiano Tom Uzhunnalil”, dijo en la tradicional oración ante miles de fieles en la plaza de San Pedro de Roma.
El sacerdote salesiano, de 56 años, originario de Kerala, en el sur del país, fue secuestrado el 4 de marzo en Adén en un ataque contra un hospicio de las Hermanas de la Madre Teresa, que causó 16 muertos. En el ataque al centro por terroristas del Estado Islámico fueron asesinados cuatro monjas, dos miembros del personal, un guardia y ocho residentes.
El 5 de marzo, un día después del suceso, el Papa manifestó su “profunda tristeza” y calificó de “violencia insensata y diabólica” ese ataque.
El sacerdote vivía en el hospicio y estaba en la capilla en el momento del ataque. No se ha vuelto a saber nada de él.
El diario británico Daily Mail cuenta que, desde entonces, varias órdenes religiosas han recibido mensajes amenazantes en los que afirmaban que el padre Thomas había sido torturado y sería crucificado el Viernes Santo.
La propia orden salesiana a la que pertenecía Uzhunnalil aseguraba no tener información sobre su paradero o estado, e incluso había calificado de simples rumores infundados las noticias en redes sociales que hablaban de torturas.
El Secretario de la Inspectoría Salesiana en Bangalore (India), P. Mathew Valarkote, dijo a la Agencia de Informaciones Salesiana que el Vicario Apostólico de Arabia del Sur, Mons. Paul Hinder, “que es nuestra primera fuente de información”, ha señalado que hay fuertes indicaciones de que el sacerdote sigue vivo “y no hay ninguna razón para creer lo contrario”.
Adén es con frecuencia escenario de ataques del grupo Estado Islámico, que gana terreno en esta zona, y también de Al Qaeda, implantado desde hace años en el sur del país.
Mientras, a principios de abril, los terroristas del Estado Islámico han prohibido que los últimos cristianos y armenios que viven en Raqqa, (Siria) abandonen la ciudad bajo ninguna circunstancia, según ha informado RBSS (Raqqa is Being Silently Slaughered) un grupo de periodistas que a través de su cuenta de Twitter informan sobre la ocupación islámica en la ciudad.
Según RBSS, el Estado Islámico ha prohibido la salida de las pocas familias cristianas y armenias porque tienen intención de usarles como escudos humanos o rehenes ante el avance del ejército Sirio.
En Raqqa quedan 43 familias cristianas, demasiado pobres para abandonar la ciudad que ocupó el EI en marzo de 2013. Antes de que estallara la guerra, los cristianos representaban el 10% de la población siria, más de 22 millones de personas, según informó la BBC.