CARACAS. El régimen de Nicolás Maduro comenzó ayer la aplicación de su polémico programa de racionamiento eléctrico, del que Caracas resultó excluida a última hora.
Al menos oficialmente, ya que el oeste de la capital, su zona más popular, sufrió ayer varias horas de apagones no programados, afectando al Hospital Militar y a la Maternidad Concepción Palacios.
También en Maracaibo, la segunda ciudad del país caribeño, sufrió cortes incontrolados de hasta 10 horas.
Veinte estados del país, que supone el 75% de la población, se ven afectados desde ayer por la medida de Maduro para combatir la sequía que afecta al inmenso embalse del Guri, que proporciona el 63% de la electricidad al país con mayores reservas de petróleo del planeta.
Los cortes son de cuatro horas diarias durante 40 días y en turnos rotatorios, anunció el ministro y militar Luis Motta Domínguez.
El primer día ha estado marcado por el descontrol y las quejas de sus habitantes ante el ‘apartheid eléctrico’, como lo ha bautizado el experto José Aguilar. “Se trata de un vendaval sin precedentes de racionamiento energético del que se ha excluido a Caracas porque se le tiene pánico a sus barriadas populares”, añade Aguilar.
“Esto es horrible. A todos los problemas que tenemos por la escasez, los precios que están por las nubes, se suma ahora la falta de luz”, afirmó desde la barriada de El Calvario en el municipio de El Hatillo, Karelis Aristiguieta, una joven universitaria, al relatar que debido al prolongado apagón, de casi 29 horas, perdió la leche del tetero de su nieto y algunos alimentos que tenía en su modesta nevera.
Agregó que “todo se nos ha dañado. Me da dolor y rabia porque ahora cuesta mucho conseguir los alimentos que están tan caros y no se consiguen”.
La oposición calcula que durante el periodo revolucionario, desde 1999, 60,000 millones destinados al sector eléctrico han caído en manos de la corrupción o se han malgastado en inversiones deficientes.
El plan de racionamiento eléctrico se suma a una larga lista de penurias, que han convertido al venezolano en el paria de las Américas.
La mayor inflación del planeta, la violencia urbana más exacerbada, la escasez de alimentos y medicinas, el desabastecimiento de productos básicos y la falta de agua provocada por la sequía conspiran todos los días contra su calidad de vida.”
¿Hasta cuándo la sociedad seguirá tolerando esta situación?”, se pregunta el politólogo Luis Vicente León, presidente de Datanálisis. Él mismo responde: “Los procesos sociales no son proyectables, pero los riesgos están aumentando”.