MADRID. El Congreso español rechazó ayer la propuesta de Podemos de exigir al próximo gobierno que derogue las reformas laborales aprobadas por el PSOE en 2010 y por el PP en 2012.
Podemos aprovechó la última sesión plenaria para forzar al PSOE a que explicara su postura con respecto a la normativa laboral que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó en 2010 y contra la que los sindicatos convocaron una huelga general.
Su propuesta reclamaba la derogación de dicha ley y también de la reforma laboral ‘popular’ que el PSOE llevó incluso al Tribunal Constitucional, así como la apertura de un proceso de diálogo social que conduzca a un nuevo marco de relaciones laborales “funcionales” para conseguir un cambio productivo y garantizar los derechos de los trabajadores.
De hecho, el 30 de marzo el PSOE respaldó un texto similar, también de Podemos, en la Comisión de Empleo, donde sólo el PP votó en contra de derogar las dos reformas laborales y de subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), mientras que el resto de grupos parlamentarios, incluido el socialista, apoyaron la propuesta.
Ayer, sin embargo, el PSOE trató de modificar el texto con una enmienda para instar al Ejecutivo a presentar un nuevo Estatuto de los Trabajadores que «derogue los aspectos más lesivos para los intereses» de los ciudadanos presentes en la reforma laboral de 2012, eliminando la mención a la que aprobó el Gobierno de Zapatero.
De hecho, en las negociaciones planteadas en las últimas semanas por el PSOE para buscar un acuerdo de Gobierno, Podemos ofreció revocar únicamente la reforma laboral de 2012 en aras a conseguir un consenso. Sin embargo, ayer rechazó la enmienda socialista, por lo que esta formación se abstuvo.
Durante el debate, la presidenta del grupo de Podemos, Carolina Bescansa, subrayó que una de las cosas que más gente les reclama por la calle es que “deroguen las reformas laborales del PP y del PSOE”.
“Estas reformas han sido una desgracia para la gente. Y Podemos nació para cambiar este estado de cosas”, insistió, emplazando a los socialistas “que militaron en la defensa de los derechos de los trabajadores” a abandonar a Ciudadanos para conformar con los morados un “gobierno de progreso y cambio” que “garantice el derecho a tener un trabajo digno y a no tener miedo a quedarse sin él”.