ESTOCOLMO. Un joven músico sueco, dedicó dos años para poder construir una caja musical poco convencional que emite sonidos de bombo, bajo, vibráfono, e incluso violín.
Con la ayuda de canicas, mangueras, madera, engranes y algo de paciencia, el músico Martin Molin le dio vida a lo que bautizó con el nombre de “Wintergatan Marble Machine”.
Para hacer posible la música, son unas dos mil canicas de metal las que deben circulan a través de la estructura construida de madera y según el tamaño de estas se pueden generar variaciones al sonido.
En pocas horas, el dulce sonido de la caja musical y su hábil creador, han dado la vuelta al mundo a través de redes sociales.
Martin empezó a fabricar el instrumento en 2014, sin embargo, con medida que fue avanzando, la máquina se tornó cada vez más compleja.