Complicado panorama político para la presidenta de Brasil

Su imagen ha sido más golpeada por los  problemas judiciales de Luiz Inácio Lula da Silva. Aliados políticos del partido PMDB piden separarse de la desastrosa conducción del país. 

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Presidenta de Brasil

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11 March 2016

SAO PAULO. La situación judicial del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ha adentrado a su ahijada política, Dilma Rousseff, en arenas movedizas, un terreno del que parece que ella cada vez tiene más problemas para poder salir. 

La sacudida política de esta semana en Brasil complicó todavía más la situación de la jefa de Estado, que desde hace meses lidia con una economía totalmente arañada y una crisis en el seno de su base aliada que hace tambalear su permanencia en el cargo. 

Aunque ha intentado capear el temporal, cada vez se le abren más frentes. 

Rousseff ha visto como su padrino político y líder incuestionable del Partido de los Trabajadores (PT) es denunciado por la Fiscalía por lavado de dinero y es blanco de un pedido de prisión preventiva y todavía deberá contemplar varios capítulos delicados antes de que concluya la semana. 

El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor fuerza de la coalición que respalda a la presidenta, decidirá hoy si continúa en el Gobierno. 

El PMDB, que lidera el vicepresidente Michel Temer, celebrará su convención en vísperas de unas protestas convocadas por grupos opositores, que el domingo pretenden llevar a las calles a millones de personas para exigir la destitución de la mandataria. 

Actualmente, el PMDB ocupa siete de los 31 ministerios que tiene el Gobierno de Rousseff, pero más allá de eso está considerado como un verdadero poder en la sombra por su peso en el Parlamento y en las administraciones regionales y municipales. 

La protesta será crucial para la presidenta, ya que su éxito podría dar alas a la oposición y algunos sectores disidentes de su base aliada de cara la apertura de un juicio político contra Rousseff, que amenaza a la presidenta desde finales de 2014. 

El jurista y profesor de la Universidad de Sao Paulo (USP), Alysson Leandro Mascaro, consideró que es improbable saber si un conjunto de factores como la crisis económica, la “masacre ideológica de los medios” y las “estrategias selectivas” de la Justicia, “redundarán en el fin del mandato” de Dilma Rousseff. 

Mascaro recalcó que “todos los escenarios posibles están abiertos” y precisó que “dependerá de la relación de fuerzas de los sectores del país y, también, de los movimientos del gran capital brasileño”. 

Sin perspectivas de juicio político
Por su parte, el politólogo Fernando Schüler, profesor del instituto Insper, señaló que, a pesar de la tensión política, es complicado que el juicio político avance en el Legislativo debido al quórum necesario. 

El escenario más probable, aunque también el “más costoso” es que “Rousseff concluya su mandato, pero también es la opción más costosa. Eso supone tres años de baja gobernabilidad”, agregó Schüler, quien resaltó el aislamiento que sufre la mandataria, incluso dentro del propio Gobierno. 

“Rousseff es un gran problema para el Partido de los Trabajadores (PT). El problema es que el PT no puede abandonar el Gobierno”, añadió. 

A su juicio, la principal preocupación de la formación gobernante es preservar a su líder, Lula, contra quien la Fiscalía de Sao Paulo requirió un decreto de prisión preventiva, cuestionado por algunos juristas por la “fragilidad” de los fundamentos. 

“El pedido de prisión del expresidente Lula da Silva por la Fiscalía de Sao Paulo no posee fundamentos razonables ni sustentables”, comentó el jurista Mascaró. 

Por su parte, para Schüler las bases del pedido de prisión contra Lula también son “débiles”, pero consideró que, por el contrario, las “evidencias contra él” por su supuesta implicación en la corrupción en Petrobras “son muy fuertes”.