NICOSIA. Este es un momento insólito: uno de los pasajeros que era rehén en el avión de EgyptAir, obligado a aterrizar en Chipre, se toma una selfie, con todo y mueca, con el secuestrador.
El "suicida", identificado como Seif Eldin Mustafa, es visto con su "cinturón suicida", junto a un al británico Ben Innes mientras éste se toma la foto.
La imagen se volvió viral después de ser tuiteada por el periódico Daily Mail.
El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, dijo a la prensa que el incidente parecía estar motivado por razones personales y "no está relacionado con el terrorismo".
El secuestro en Chipre del avión de EgyptAir hizo hoy revivir la angustia vivida la semana pasada en el aeropuerto belga de Zaventem, aunque afortunadamente en esta ocasión todo se resolvió sin derramamiento de sangre y sin indicios de que fuera un acto terrorista sino la obra de un perturbado.
Tan solo veinte minutos después de despegar de Alejandría rumbo a El Cairo, Mustafá, un egipcio separado de una chipriota, obligó al comandante, Omar Yamal, a desviar el Airbus A320 con 55 pasajeros a bordo y 7 tripulantes, hacia el aeropuerto de Lárnaca en Chipre.
Sin embargo, en lugar de entrar en pánico acerca de su difícil situación, Innes - un auditor de seguridad y salud - parecía bastante tranquilo acerca de la situación de los rehenes y aprovechó para tomar la autofoto y luego enviarla a sus amigos.
Dos horas después de aterrizar en una pista aislada del aeropuerto, el secuestrador dejó salir a todos los pasajeros, lo que despertó las primeras esperanzas de que podía tratarse de un acto con un trasfondo personal y no político.
La primera prueba que apuntaba en ese dirección la dio el propio Mustafá al arrojar desde el avión una carta dirigida a su exesposa.
Poco después la policía confirmaba que el secuestrador exigía que la carta le fuera entregada a su exmujer, Marina Paraschou, una chipriota residente en Oroklini -localidad cercana a Lárnaca-, quien poco después acudió al aeropuerto por petición de la policía.
Mientras, la carta, de al menos cuatro páginas, estaba siendo traducida del árabe al griego.
Cuando todo apuntaba a que el secuestro parecía reducirse al acto de un marido despechado, la tesis del móvil terrorista volvió a cobrar fuerza, al surgir informaciones de que Mustafá llevaba consigo un cinturón de explosivos.
A ello se añadió que la policía confirmó que exigía la liberación de varias mujeres encarceladas en Egipto.
El cinturón de explosivos acabó siendo un cinto fabricado con carcasas de móviles.
Al preguntarle sobre los informes que decían que el secuestrador había exigido ver a una mujer chipriota, el presidente Anastasiades se rió y dijo: "todo tiene que ver siempre con una mujer...".