El Tribunal de Sentencia de Santa Tecla condenó ayer al capitán Rafael Cañas Abarca y al teniente Jairo Orlando Baires Salinas a 25 años de cárcel, tras haber sido encontrados culpables del homicidio agravado del cadete de la Escuela Militar “Capitán General Gerardo Barrios”, Juan Carlos Zelaya.
Los excadetes Enmanuel Navas Contreras, Jaime Isaac Lemus Martínez y Geovani Ernesto Grijalva González fueron condenados a 23 años.
Fue absuelto de toda acusación el excadete Germán Antonio Nieto Escobar, quien en todo el proceso gozó de libertad condicional.
El caso, judicializado en 2015, contó con reserva total durante todo su desarrollo, a petición de la Fiscalía General, por lo tanto, los periodistas no tuvieron acceso a ninguna de las audiencias.
Un reporte de la Oficina de Acceso a la Información del Ministerio de Defensa determinó que Zelaya, de 18 años, murió por vómito y dificultades para respirar cuando realizaba un ejercicio en una piscina el 3 de octubre de 2014. En el lugar estaban, al menos, otros 80 cadetes practicando.
El ministro de Defensa, David Munguía Payés, señaló en aquella ocasión que la Inspectoría de la Fuerza Armada estableció que en el caso hubo “negligencia, falta de supervisión y abuso de mando”.
Víctima con lesiones antes de morir
Ayer, según una fuente judicial, el tribunal determinó, con base en la autopsia de Medicina Legal, que antes que Zelaya iniciara el ejercicio acuático presentaba lesiones internas en las dos costillas, los pulmones, el estómago y en la parte baja del intestino delgado y que probablemente esta fue la causa para que no resistiera el ejercicio y muriese ahogado.
Sin embargo, el juzgado afirmó que los hoy condenados, aunque estuvieron presentes en el lugar durante el hecho, no intervinieron para salvar la vida de Zelaya, cuando estaban obligados a ello.
Uno de los fiscales del caso expresó la satisfacción del caso, porque dijo haberle dado certeza jurídica de los hechos al tribunal, para que al final este fallara en las condenas.
Sobre el móvil del homicidio no ahondó, anteponiendo la reserva del caso.
Sí manifestó que esto podrá solventarse posterior a la entrega del fallo por escrito y a la etapa de recursos que la defensa pudiera interponer.
Por la misma reserva, varios defensores de los condenados, omitieron dar declaraciones.