Pandilla atentó contra su mismo cabecilla de la MS

El atentado contra un cabecilla de la MS-503 es otra muestra de la lucha de la MS-13 por sacar de circulación a los disidentes.

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28 April 2017

“A las 00:55 horas se recibe información de parte de personal de la subdelegación de Ciudad Barrios en donde informan que al interior del penal de Ciudad Barrios, en el sector 1, en ese lugar se detonó una granada y según información hay dos reos lesionados y se encuentran en la clínica del centro penal… según lo indagado en el lugar, internos que se encontraban en la celda tres y estos le fueron a lanzar la granada a los reos que se encontraban en la celda uno…”.

Así fue el informe preliminar de un hecho criminal, cometido la madrugada del pasado 24 de marzo, lo cual haría reaccionar días después a la Fiscalía y la Policía con una requisa general en esa cárcel.

La explosión causó heridas leves a dos reclusos: Marlon Vladimir Bonilla y Wilfredo Tejada Erazo, este último conocido con los alias Dogui, Flaco o Zorro.

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De acuerdo con fuentes penitenciarias, Tejada Erazo es uno de los principales jefes de la MS de Nueva Concepción, Chalatenango, municipio donde tiene mucha fuerza la MS-503.

El pasado 4 de abril, Rodil Hernández afirmó en una entrevista matutina en televisión: “La MS detonó esa granada por la división y va dirigida contra ellos mismos…”.

Tejada Erazo es un delincuente consumado. Cumple varias condenas por extorsión, secuestro, portación ilegal de armas. Las autoridades relacionaron a este cabecilla con el secuestro y desaparición del doctor Guadrón, un odontólogo que tenía una clínica en Nueva Concepción. Este hecho fue cometido el 24 de noviembre de 2009, cuyo cadáver nunca fue encontrado.

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Luego de ser enjuiciado por el secuestro del odontólogo, Tejada Erazo también fue procesado judicialmente por extorsionar a empresarios de transporte. La Fiscalía, en su memoria de labores 2013-2104, mencionó como uno de sus grandes logros la captura de Tejada Erazo, identificado también con el alias de Zorro.

Según la Fiscalía, Tejada Erazo dirigía las extorsiones desde el penal de Ciudad Barrios. El monto de lo extorsionado ascendió a los 350 mil dólares. Cuando menos ese fue el monto de extorsiones que lograron comprobar.

Para realizar las extorsiones, Tejada Erazo realizó más de 5 mil llamadas telefónicas desde el penal de Ciudad Barrios que totalizaron 27 mil minutos en llamadas. Además, coordinaba otras actividades delictivas con sus subordinados.

Pero eso de las llamadas telefónicas desde la cárcel de Ciudad Barrios parece que es algo de lo que nunca las autoridades han podido privar a este cabecilla, a pesar de que desde finales de marzo de 2016 se impusieron medidas extraordinarias en los centros penales.

Desde el 31 de marzo de 2016, el Estado salvadoreño obligó a las empresas telefónicas a bajar la intensidad de la señal cerca de los centros penales, con lo cual también se afectó a miles de personas que viven cerca de las prisiones; a pesar de ello, durante el último registro, en el penal de Ciudad Barrios, la policía encontró más de 150 teléfonos celulares de gama reciente, casi 20 mil dólares en efectivo, tres armas de fuego y una granada de fabricación holandesa, entre cientos de objetos prohibidos.

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Autoridades ignoraron advertencia La granada con la que atacaron a los cabecillas de la Fulton no había pasado inadvertida, según explican algunas fuentes de la Dirección General de Centros Penales. De hecho, aseguran que a principios de enero, tras la sospecha de que en esa cárcel había explosivos, se practicó una requisa.

Los policías y custodios que participaron en el registro se marcharon con las manos vacías. No hallaron los explosivos. Veinte días después, la detonación en una celda demostró que los pandilleros allí encarcelados habían logrado evitar el decomiso de dos granadas durante la requisa del 4 de marzo.

No fue hasta tres días después del granadazo que las autoridades policiales y penitenciarias hicieron un minucioso registro en todo la penitenciaría. Lo encontrado resulta cuantioso si se toma en cuenta que en los penales donde hay miembros de pandillas existen medidas extraordinarias.

La requisa se prolongó por varios días y la cantidad de teléfonos celulares hallados dejó en evidencia el nivel de organización, corrupción e impunidad de los cabecillas de la MS-13, quienes dictaban sus órdenes y se enlazaban con otros pandilleros a nivel nacional y hasta en países como Guatemala, México y Estados Unidos.

Entre los teléfonos decomisados había un teléfono satelital que, según las fuentes, escapaba a la medida de reducción de potencia de señal telefónica en los alrededores del centro de cumplimiento de penas.

Las fuentes indican que a pesar de todo lo encontrado, solo a cuatro reclusos los acusarán como responsables de tener varios de los objetos prohibidos decomisados.

Los reos que enfrentarán más cargos judiciales fueron identificados como Jonathan Jefferson Escamilla Gámez, Wilber Steven Linares Estévez, Irvin Josué Morales Pérez, Émerson Arístides Morán Samayoa y José Raúl Véliz Moreno.

Pero las autoridades que han realizado la requisa en el centro de cumplimiento de penas no solo han hallado objetos prohibidos, sino también prácticas criminales, posibles homicidios de reclusos que son disfrazados de “muerte natural”.