Pacientes con la vida en un hilo por falta de medicinas

Los pacientes con insuficiencia renal crónica tuvieron que costearse los insumos a un costo de 7.50 de dólar para recibir el tratamiento que tenían que realizarse ayer.

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25 April 2017

“Si no nos hacen esto (el tratamiento) nos vamos a morir”, lloraba Blanca Rubia Leiva, de 37 años, que llegaba desde la comunidad Santa Marta, de Ciudad Victoria, departamento de Cabañas, a las instalaciones del Rosales.

Blanca Leiva se sentía desconsolada al saber que ayer no recibiría su tratamiento por la falta de insumos, como las líneas de sangre y Bibac (bicarbonato) para realizarse la hemodiálisis. Su angustia fue más grande al saber que no contaba con los $7.50 dólares para comprar los materiales y realizarse su tratamiento médico.

Leiva es una paciente que forma parte de cerca de 240 enfermos que han tenido problemas para recibir su tratamiento desde el lunes de esta semana.

Aunque Blanca no pudo marchar y protestar por su derecho a la salud, por vivir en una zona retirada, es solo un ejemplo de muchos caso de pacientes que llegan al Rosales para recibir su tratamiento.

Sin embargo, sus compañeros en su angustia gritaron con toda la fuerza que tenían y, aunque cansados por su condición de salud, no les impidió exigir su derecho a la salud.

Ni el cansancio, la diabetes o el sol, que podía afectar la condición de salud de los pacientes renales del Hospital Rosales, impidió que protestaran y cerraran la 25a. Avenida Norte.

Una de ellas era Margarita Viuda de Alvarenga, paciente diabética y renal que dirigía, ya cansada, la manifestación, mientras su hija Norma Alvarenga, presidenta de la Asociación de Pacientes renales, recibía el tratamiento de la hemodiálisis dentro del Hospital Rosales.

De repente María Miranda, de 31 años, que reside en Guazapa, también había claudicado de apoyar a sus compañeros en la protesta por el cansancio que le genera la falta de tratamiento oportuno.

Miranda fue diagnosticada con insuficiencia renal desde hace un año y su tensión se le empezó a subir.

Margarita volvió a tomar fuerzas y pidió se le acompañara a entregar una carta al director del Rosales para que atendiera la necesidad de los enfermos.

En ella pidieron al director, Mauricio Ventura, que gestione lo más pronto posible los materiales que se requieren para realizar los tratamientos de pacientes renales.

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En una marcha a paso lento los pacientes recorrieron los pasillos hasta llegar a la unidad de hemodiálisis.

En el lugar, las sillas se encontraban vacías, solo 14 pacientes se realizaban el tratamiento, debido a que no todos los pacientes renales contaban con los $7.50 que les costaba la compra de los dos insumos que hacían falta para realizarse su tratamiento semanal.

Según la nefróloga, Zulma Cruz Trujillo, de 30 pacientes del primer turno que se realizan su hemodiálisis, solo 14 lo estaban recibiendo.

Insumos

Sobre la escasez de insumo para el tratamiento, la especialista expresó que “nosotros tenemos las manos amarradas como médicos, es un tratamiento de vida o de muerte”.

Según Norma Alvarenga, presidenta de Asociación de Pacientes Renales, el problema se viene dando desde hace dos meses; pero que se ha estado contrarrestado con el préstamo de insumos.

Alvarenga expresó que las autoridades del hospital ya les habían alertado, pero que los “insumos prestados iban a durar para junio y la verdad que no hemos llegado hasta junio y ya no hay medicamentos, el viernes nos comunicaron que no había tratamiento y que iba ser la última hemodiálisis”, detalló.

La paciente dijo que se tuvo que pedir una autorización al director del sanatorio para que se les permitiera comprar el material, por lo que “hemos hablado con el director para que él nos diera el aval porque aquí es prohibido ir a traer otro medicamento”.

Explicó que el director del hospital les dijo que entre miércoles y jueves llegaría un préstamo de líneas que les proporcionaría el Hospital San Juan de Dios, de Santa Ana.

“Es un préstamo de insumos que viene de Santa Ana, pero el jueves de la semana pasada se prestaron cincuenta líneas y solo recibieron tratamiento 50 pacientes”, aclaró.

El problema lo vienen resintiendo desde febrero, y aunque entren los insumos, el hospital debe devolver el material que prestó, “entonces volvemos a quedar desabastecidos totalmente porque las líneas que prestaron se deben devolver en igual cantidad de números”, se quejó la presidenta de la asociación.

Según estimaciones de Alvarenga, el último pedido de materiales fue de tres mil líneas, las cuales se terminaron rápido porque el hospital realiza un aproximado de 2,400 diálisis mensuales que no dan a basto para todos los pacientes con insuficiencia renal.

“Porque cada día llegan pacientes nuevos que se requieren de hacer el tratamiento”, expresó la Nefróloga Zulma Cruz Trujillo.

Mientras los enfermos protestaban, la dirección del Hospital Rosales emitió un comunicado varias horas después, donde aclaró que la falta de insumos se debe aun proceso de compra por libre gestión, que por ley no puede ser mayor a los 72 mil dólares, por lo que hicieron una compra en cantidad menor.

El proceso, que se realizó el pasado tres de abril del presente año, se encuentra en etapa de adendas, o agregado en las bases de licitación, en donde esa gestión tiene una duración de tres meses; pero que el día de ayer por la tarde entraría un préstamo de otros hospitales públicos y del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) para darle el tratamiento a los pacientes renales.

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Bajo presupuesto

Esta no es la primera vez que el servicio de Nefrología sufre un desabastecimiento de insumos, el año pasado se quedaron sin catéteres, que son fundamentales para el tratamiento.

Este no es el único mal que aqueja el servicio de Nefrología, el bajo presupuesto para esta especialidad en el Rosales pone en riesgo a los pacientes.

El año pasado esta unidad tenía asignado solo para los costos de tratamiento, 2 millones 504 mil 195 de dólares; para este año tienen un presupuesto de un millón 804, 195 dólares.

Para Alcides Gómez , del Sindicato de Médicos del Hospital Rosales (Simehr), “estamos claros que la situación de ellos, es de vida o muerte, es triste, lamentable que un viceministro diga que veinte millones que le han quitado al Ministerio de Salud no le iba afectar el tratamiento a los pacientes, aquí estamos viendo los resultados que sí afecta”, destacó el médico.

El viernes pasado la Asamblea Legislativa aprobó un recorte al presupuesto de Salud de alrededor de $4 millones.