Cultivos que matan a los bosques

La zona norte del departamento de Chalatenango se ha transformado en extensos cultivos.

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22 April 2017

El municipio de San Fernando, departamento de Chalatenango, es un lugar que históricamente se recuerda por sus extensos bosques de pino y clima fresco, pero en la actualidad se ha transformado en grandes zonas de monocultivos que están afectado a los agricultores y a la naturaleza.

Marcos Martínez es un agricultor de 40 años, originario de San Fernando, que durante su infancia aprendió de su padre a trabajar la tierra con esfuerzo. Hoy en día, Martínez es consiente de que muchas prácticas heredadas como la quema de las parcelas es un problema para el mismo agricultor.

En Chalatenango estos métodos agrícolas han acabado con cerros enteros desde el desvío de Dulce Nombre de María, San Francisco Morazán y San Fernando hasta llegar a San Ignacio. “En estos últimos años se ha presentado un crecimiento de la deforestación. El crecimiento poblacional obliga a botar grandes extensiones de bosques para poder cultivar o para hacer viviendas. Entonces, toda la parte baja del departamento está prácticamente urbanizada, semiurbanizada o con cultivos y el sector de la montaña está sufriendo el mismo problema de tala indiscriminada de bosque”, explica Arturo Amaya, técnico agroecólogo de la Mancomunidad Trinacional Río Lempa.

Fotogalería: Los cultivos mantan el bosque salvadoreño

El análisis que hace Amaya es que los propietarios de la tierra no tiene recursos para subsistir más que del bosque. Y al no tener la “necesidad de cuidar los árboles para la producción de agua y la conservación de la biodiversidad; como no se les ha dicho, no lo ven como algo malo.

Ellos lo ven como una forma de subsistencia ‘tenemos un árbol que hay que talar para sacar dinero, botémoslo’ no creen que es malo, porque han vivido así toda su vida”, resiente.

Ya con el terreno quemado, con los árboles muertos, lo que hace el otro año es talar los árboles quemados, saca esa leña y ya siembra que es lo que él buscó hacer desde un principio, concluye. Los especialistas concuerdan que para que los dueños de los bosques los cuiden el Gobierno debe generar incentivos. Costa Rica y otros países de la región le pagan a los dueños de los bosques un bono anual por mantenerlos.

La esperanza está en la niñez de El Salvador

Nadie es profeta en su propia tierra y eso lo sabe muy bien Félix Latzo, un empedernido ambientalista, que hace 30 años creó el método Plantando América, que ha tenido éxito en Asia, Europa y hasta en Cuba, menos en El Salvador.

El proceso consiste en que niños que cursan tercero, cuarto y quinto grado de educación básica siembren un árbol y documentan anualmente el crecimiento conjunto del niño con el árbol a través de fotografías.

Latzo pasa sus días visitando  centros escolares para hablar sobre la importancia de los árboles a estudiantes. Y tiene la idea de que es necesario acercar más a la gente de ciudad a la naturaleza. “Estamos totalmente alejados. No entendemos la conexión que hay entre los árboles y el oxígeno. Y los mecanismos que están utilizando son clases insípidas, no como Plantando América que pone en contacto al niño con la naturaleza”, añade.

En el mundo  se pierden más de 15 mil millones de árboles al año. En este panorama El Salvador también contribuye. El mapa de bosque de 2011 reporta que tenemos 552 mil 453 hectáreas,  equivalente al 26% del territorio.