El vicepresidente Óscar Ortiz confirmó ayer el nombramiento de Sigfrido Reyes como embajador en misión oficial, pero más allá de justificar que es para que promueva al país en el exterior, evitó pronunciarse sobre si el fuero o inmunidad que le da el cargo es para protegerlo ante un posible juicio.
A la pregunta de si la decisión en favor de Reyes, quien preside Proesa (Organismo Promotor de Inversiones y Exportaciones de El Salvador), es para blindarlo, Ortiz dijo: “Tenemos que ser bien cuidadosos... no podemos seguirnos destruyendo entre nosotros”, y que en cambio debemos unirnos para hacer “cosas buenas”.
En ese sentido alabó el lanzamiento que Proesa hizo de la Marca País como “una decisión de alto calado” y para promoverla en todo el mundo es que se justifica el nombramiento de Reyes como embajador en misión especial, afirmó Ortiz.
“Por eso el presidente le ha dado ese estatus ahora para que pueda dinamizar que esa marca se conozca como se tiene que conocer”, alegó.
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Ante la insistencia de la periodista de si ese cargo era para blindarlo, como dicen sus críticos, Ortiz dijo que ya le había contestado.Antes había dicho: “Generalmente estamos muy tentados siempre a juzgar a la gente por lo negativo, por lo que no se hizo, y lo que se puede hacer. Le ponemos un montón de obstáculos”.
El sorpresivo nombramiento de Reyes despertó críticas en el sentido de que el gobierno le está dando inmunidad diplomática en momentos en que figura en la lista de funcionarios que investiga Probidad de la Corte Suprema por presunto enriquecimiento ilícito.
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No es la primera vez que Reyes despierta polémica. Cuando presidió la Asamblea Legislativa (2009-2014), fue duramente cuestionado por negarse a informar sobre uso de fondos estatales en una fiesta navideña y en compra de regalos.Luego levantó una ola de críticas cuando junto con su asesor legislativo compraron en $440 mil y de contado terrenos al Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada. Desde entonces ha sostenido que su capacidad financiera para invertir proviene de ahorros propios, fruto de su trabajo.