Por la noches los feligreses realizan un acto devocional, en torno a la Virgen María, llamado Pésame. En el se admira y acompaña a María en su dolor intercambiando reflexiones, rezando el Rosario y cantos marianos.
La imagen de la Santa virgen María va vestida de negro en señal de luto. Las mujeres llevan su estampa en un recorrido silencioso y es cargada por mujeres con las urnas en silencio como muestra del pésame.
El dolor que embarga a la Virgen María por la muerte de su hijo en la cruz es lo que la procesión del Silencio o de Pésame recrea.
En las parroquias, donde se realiza esta procesión, las cargadoras también van vestidas de negro en señal de luto. Durante esta procesión, la marcha es en silencio como muestra de respeto al luto de la virgen.
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En el Concilio Vaticano II (1965) se plantea una síntesis autorizada del sufrimiento de María. "También la Virgen Bienaventurada avanzó en esta peregrinación de la fe y mantuvo fielmente su comunión con el Hijo hasta la Cruz, ante la cual resistió en pie (Juan 19,25), no sin cierto designio divino, sufriendo profundamente con su unigénito y asociándose a su sacrificio con ánimo maternal, consintiendo amorosamente en la inmolación de la víctima que ella había engendrado”, reza el documento.En la parroquia Nuestra Señora de Dolores, en Izalco, Sonsonate, la procesión recorre durante cuatro horas las principales calles de la ciudad. Sale a las siete de la noche y es un antesala a la Vigilia Pascual o de Resurrección.
Las mujeres cargan la imagen de María y portan el mismo vestido que usaron durante el Santo Entierro, en Viernes Santo.
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En otros lugares se llama la procesión del silencio. Los hombres acompañan y ayudan en lo que pueden.El pésame que se siente en la procesión se traduce en silencio en el recorrido, este ritual deja como enseñanza a los fieles católicos “la fe que la Virgen tuvo durante la vida de Jesús”.“Esta ejemplaridad de María adquiere nuevos matices de profundización en las reflexiones del Episcopado Latinoamericano”, según dice el Concilio Vaticano II.
Ahí se recuerda lo escrito en el documento del Episcopado de Puebla 293: “en María se manifiesta preclaramente que Cristo no anula la creatividad de quienes le siguen”.
María, por su cooperación libre en la nueva alianza de Cristo, es junto a él protagonista de la historia. En muchas parroquias del occidente del país solo se lleva a cabo la Vigilia Pascual.