Ken Stringfellow no es ajeno a los escenarios. Está acostumbrado a pararse frente a 75,000 personas con su guitarra, pero también disfruta de la cercanía de tener a no más de 50 espectadores arrullados por su música. Este es el caso en El Salvador, donde ofreció unos cuantos recitales en marzo, así como talleres a artistas emergentes.
A sus 48 años, Stringfellow ha tenido una carrera prolífica. Se encuentra, cómo el mismo lo define, en un punto intermedio entre la fama y el anonimato. Empezó su carrera en 1988 al fundar la banda The Posies donde publicó 13 discos, pero donde más sonó fue al lado de R.E.M. con quienes tocó, como músico de acompañamiento, durante una década, además de participar en varios proyectos de la banda como Reveal y Around the Sun. A pesar de que ha pisado grandes escenarios con grandes bandas, sigue disfrutando de la intimidad que encuentra en la tarima de un bar.
Esta fue la primera vez que el músico californiano visita el país. Antes de su viaje había escuchado de los problemas y de la violencia que aquejan el país. “Hay un montón de cosas en las noticias, por las actividades de las pandillas de El Salvador y Honduras en Estados Unidos”, comenta. A pesar de los relatos que veía en los periódicos extranjeros, estaba seguro que había más historia detrás la sangre y la muerte. “Me gustaría ver a un periódico escribir un artículo sobre las iniciativas que buscan cambiar la cultura en otra dirección y encontrar alternativas a la violencia en El Salvador. Quisiera ver ambos lados de la realidad representados en las noticias”, agrega.
Durante su estadía conoció proyectos de instituciones como la Casa Tomada, un espacio de gestión cultural colectiva, apoyado por el Centro Cultural de España. Con ellos logró conocer como algunos jóvenes y grupos de artistas buscan ofrecer alternativas a la violencia a través del arte.
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El guitarrista cree que la música tiene el potencial para cambiar la sociedad; para dar disciplina mental y herramientas para vivir. “Las artes son una extensión no solo de la creatividad, sino también de la filosofía. Nos ayudan a descubrir la dignidad en el otro”. Stringfellow asegura que es imposible no descubrir estas cualidades humanas en las artes, no importa si se trata de géneros duros como el Heavy Metal, todo esfuerzo artístico siempre lleva esfuerzo y un gran valor humano. “Si se es nihilista, no hay una razón para crear”.
Música para sanar La música ha llevado al artista a distintos países del continente. En sus viajes ha tocado en México, Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Chile y Uruguay, pero en ninguno de estos lugares ha encontrado una sensación de inseguridad latente, como la que le expresan los músicos del país.
Stringfellow ofreció un taller para unos 40 artistas en colaboración con el Indie Collective. En su acercamiento con los jóvenes se emocionó al ver el entusiasmo y creatividad que hay en el panorama nacional. “La gente está motivada para lograr cosas buenas en el país. La música es una gran herramienta para lograr el cambio social”, comenta.
El artista asegura que para que la escena evolucione hay que apostar por la originalidad, no solo en la música, sino en los proyectos. “Para salir adelante deben creer en uno mismo, si no se es capaz de afrontar los problemas con creatividad y originalidad, se cae en el peligro de aceptar lo establecido y estancarse”.
El compositor cree que aún falta mucho para que la sociedad logre sanar las heridas del conflicto, pero que las artes pueden ser esa herramienta necesaria para ayudar a encontrar un camino. Compara la situación con la de su país, dónde hace 151 años se disparó la última bala de la Guerra Civil, la misma que enfrentó a Confederados y a la Unión en algunas de las batallas más sangrientas de la corta historia norteamericana. “A pesar de que fue hace tanto tiempo, nuestro proceso de sanación no ha terminado. A veces damos por sentado nuestro confort, para nosotros es tan fácil comunicar nuestras iniciativas y comercializarlas, y esto nos hace olvidar la razón principal de luchar por mostrar nuestras ideas. Aquí, en cambio, todos están conscientes de esta dificultad, y luchan por vencer esas fronteras. “En todos los países son pocas las personas que buscan empujar por el cambio, pero con constancia los músicos pueden empujar a llevar un mejor sentimiento y progreso”.
Entre sus próximos proyectos se encuentra la grabación de una película y la producción de algunos discos, en medio de ellos espera poder regresar a El Salvador. “Hay muchas historias y talento, y quiero ver todo ese desarrollo y progreso de cerca”.
El periplo musical de Stringfellow
- The Posies (1988 - 2016). Fundador de la banda junto a Jon Auer. Saltan al escenario con el disco “Failure”. Editan y publican 13 discos, el último de ellos lanzado durante 2016.
- Big Star (1993). Stringfellow y Auer fueron reclutados por Alex Chilton y Jody Stephens para la reunión de la banda. Se mantuvieron tocando con ellos hasta la muerte de Chilton, en 2010. El guitarrista se mantiene en proyectos relacionados a Big Star, incluida la serie de conciertos “Big Star’s Third”
- R.E.M. (1997 - 2005). Acompañó a la banda estadounidense en sus giras internacionales. También aparece en los créditos de varios proyectos y discos de la banda como músico de acompañamiento.
- Solista. El músico ha lanzado cuatro discos en solitario. También trabaja como productor de otras bandas emergentes.