La Pascua es la fiesta más solemne que tenían los hebreos, que celebraban, a la mitad de la luna de marzo, en memoria de la libertad del cautiverio de Egipto. Pero Jesús partió en dos esa historia y ahora la Iglesia Católica celebra esa fiesta solemne con ocasión de la Resurrección del Señor, a partir de la noche del Sábado de Gloria; pero la pascua inicia oficialmente con el Triduo Pascual. La Pascua de Resurrección dura 50 días y concluye el domingo de Pentecostés. La amplitud de esta fiesta y la importancia que la Iglesia busca resaltar es la “fe en Cristo y en su resurrección”.
Esta fiesta determina el calendario móvil de otras fiestas, así como la Ascensión de Jesús al cielo, que se conmemora 40 días después de la Resurrección y la de Pentecostés, 10 días después de la Ascensión. Dentro de la tradición católica, la vigilia Pascual se celebra con una solemne ceremonia de bendición del fuego de Pascua que para muchos católicos es significado de renovación.
Para los que profesan la religión católica, es un día de fiesta, ya que celebran la Resurrección de Jesús en todo el mundo y lo inician con un símbolo de purificación: el fuego.
En algunos templos el rito empieza con la preparación de la leña, la gasolina y las candelas.
Otros son más creativos y fabrican una torre de leña, colocan un alambre y hacen bajar una bola de fuego para encender el Cirio, del cual se toma el fuego para repartirlo a los demás.
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Aquí, el sacerdote bendice el fuego y dice: “Oh Dios, que por medio de tu Hijo has dado a tus fieles el fuego de tu luz, santifica (y hace la señal de la cruz sobre el fuego) este fuego”. Luego hacen una procesión hasta la iglesia más cercana con las velas encendidas y con cánticos de júbilo.
Al llegar al templo, las luces están apagadas, entra primero el sacerdote con el Cirio, seguido por los feligreses. Es allí donde comienza la misa de Pascua y la Vigilia.
Con la celebración de la misa inicia la Liturgia de la Palabra, en la que fieles seglares proclaman siete relatos del Antiguo Testamento, alusivos al plan de salvación de Dios. Estos se intercalan con salmos del Antiguo Testamento, que suelen ser interpretados por un cantor.
Luego, el sacerdote celebrante inicia la entonación del Gloria. En ese momento, se hacen repicar las campanillas de mano y las campanas de la iglesia para anunciar que Cristo resucitó.
En la Iglesia, que había estado en penumbras, es alumbrada solo con velas, se encienden los focos y lámparas y los acólitos prenden las velas del altar con el Cirio Pascual.
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Símbolo del Sábado Santo
El Cirio Pascual es la vela que se consagra y enciende en la Vigilia Pascual en la liturgia católica de la noche del Sábado Santo, y es el signo de Cristo resucitado y su luz. El Cirio es renovado en esta ceremonia, sustituyéndose el del año anterior. Su tamaño puede variar, aunque ha de ser mayor que el de resto de velas del templo.
Lo característico de la misa es que los feligreses cantan el “Pregón Pascual” (Exultet), el cual es un signo de alegría que declara que Jesús no se quedó en la cruz del Calvario, si no que resucitó.
Incluso hay personas que llevan la vela que usaron en su bautismo para renovar sus creencias católicas y renovarse con el fuego que ya ha sido bendecido.
Luego de todas las celebraciones de Semana Santa, la Iglesia empieza el tiempo pascual, que comprende 50 días para que lleguen a Pentecostés. Ese tiempo de preparación significa la venida del Espíritu Santo.
El Sábado es un día glorioso, ya que los feligreses católicos celebran la Resurrección de Cristo, esa noche es una tradición muy antigua y es fiesta rebosante, que como no hubo misa desde hace varios días la alegría de la resurrección no puede esperar hasta el domingo.