AHUACHAPÁN. Cuando tenía 14 años y estudiaba séptimo grado, Carlos José Nicia Godínez comenzó a participar activamente en las actividades de Semana Santa. Diez años después, continúa con el mismo entusiasmo de aquella Semana Santa de 2007.
Sus padres y sus dos hermanos también viven el mismo entusiasmo, compromiso religioso y perseverancia, la
cual les ha permitido formar parte de la Hermandad de Cristo Yacente, de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción.
Actualmente Carlos José, de 24 años, es el vicepresidente de esa hermandad.
El joven recordó que, cuando estaban pequeño, sus padres siempre tuvieron el deseo de vestirlos de romanos, una tradición que se practicaba antiguamente en Ahuachapán, de donde ellos son originarios.
Carlos y su hermano se negaron, porque sentían pena de ponerse la vestimenta, que se asemeja a una falda.
La intención de sus padres sembró una semilla que dio fruto cuando él tenía 13 años, pues comenzó a sentir el deseo de participar activamente en las actividades de Semana Santa.
En 2006 decidió involucrarse, pero su participación se concretó hasta 2017.
Su padre, Jorge Alberto Nicia, retomó la vestimenta en 2008 y sus hermanos, Luis Miguel y Fabiola María, hace cinco años.
“Como familia nos sentimos orgullosos. Espero en Dios seguir adelante hasta donde Él me permita. Sí lo hago con amor; hay tiempo para todo, tanto para la familia, lo laboral, personal. Lo hago por amor a Dios, no con sacrificio, porque sé que Él me va a recompensar todo lo que estoy haciendo”, expresó el joven.
Junto a su padre, Jorge, su madre, Nancy Tatiana Godínez de Nicia, y sus hermanos, también crearon hace 20 años, un coro familiar que sirve en la iglesia San Judas Tadeo, del barrio Santa Cruz, cada domingo, en misa de las 5:00 de la tarde.
El padre y el hijo mayor tocan la guitarra; la hija, la pandereta, y el resto de la familia canta.
El padre expresó que anteriormente residían en ese barrio, pero cuando la familia comenzó a crecer, tuvieron que emigrar a la residencial Llanos del Espino, siempre en la cabecera departamental, Eso fue hace 18 años.
“Vemos cómo está la situación de nuestro querido El Salvador y si nosotros le inculcamos valores cristianos a nuestros hijos, no se van a desviar del camino... Un valor muy importante es la unidad familiar y es lo que nos motiva a seguir adelante”, expresó Jorge Alberto, quien es docente de profesión.
Agregó que ver que sus hijos que estén apegados a este tipo de valores los hace estar orgullosos; aunque reconoció que en ocasiones se sienten desanimados, principalmente cuando miembros de la Hermandad comienzan a retirarse de la misma.
La Hermandad actualmente tiene 110 miembros de los cuales la mayoría son jóvenes de 15 años en adelante. El aprecio y liderazgo que tiene la familia entre quienes integran la hermandad les ha permitido también participar en la decisión del cambio de nombre de la misma.
Jorge Alberto señaló que no se conoce exactamente por cuánto tiempo se llamó cofradía del Santo Entierro. Hace 38 años, aproximadamente pasó a llamarse Sociedad de Judea y, tras su incorporación a ésta, pasó a llamarse, hace ocho años, Hermandad de Cristo Yacente.
“Cuando tenía ese nombre (Sociedad de Judea), toda la gente en Ahuachapán decía ‘ahí vienen los judíos, los que matan a Jesús’. Ese apelativo no nos gustaba mucho (y) mejor dijimos ‘cambiémosle nombre’. Vimos a Cristo muerto, yacente; de ahí surge el nombre”, detalló.