Como una procesión adelantada, con centenares de penitentes bajo el sol y soportando el calor, así caminan por la carretera Los Chorros, los pobladores afectados por el cierre de esa vía, quienes buscan llegar a sus trabajos o regresar a sus casas.
Esa importante arteria, que comunica el occidente del país con la capital, está cerrada desde el lunes, a causa del derrumbe provocado por el sismo de 5.1 y por la vulnerabilidad de la montaña rocosa. Las autoridades mantendrán la prohibición hasta el lunes próximo, anunciaron, ayer por la tarde.
Por la mañana, en la carretera fue frecuente ver a madres con bebés en brazos, niños de tres a cinco años pidiendo ser cargados, padres con sus hijos sobre los hombros y jóvenes con celular en las manos que caminaban un trayecto de más de cinco kilómetros.
El sol en horas del día hace que su cara se humedezca de sudor, les reseque la garganta y busquen las sombras de los árboles encontrados en el camino.
Durante la noche, la oscuridad de la carretera los induce a multiplicar sus pasos, ya que en el tramo de más de cinco kilómetros de carretera cerrada, únicamente se observan policías en los dos puntos de cierre: entrada al bulevar Monseñor Óscar Arnulfo Romero en Las Delicias, Santa Tecla, y en la gasolinera de Colón.
“Aquí no se ve ningún policía ni soldado por todo esto, yo llevó el dinero para comprar la venta de mi negocio y me estoy arriesgando a que me asalten porque aquí no nos están dando seguridad a todos los que estamos caminando”, dijo Gualberto Hernández de 47 años de edad.
Él vive en el centro de Colón y ayer a las 8:15 de la mañana se dirigía al mercado de Santa Tecla a comprar productos para su negocio.
“Cuando venga me va a tocar caminar todo esto con la carga en el lomo porque uno tiene que salir todos los días a la rebusca”, dijo.
Él lamentó la situación, ya que aseguró que una de las opciones que podrían funcionar es que la PNC o la Fuerza Armada ponga a disposición vehículos para transportar a las personas o tratar de “poner policías y soldados en la calle para que cuiden”.
Otras personas han optado por viajar en bicicleta, tal es el caso de Moisés Espinoza, quien vive cerca de Unicentro Lourdes y va hasta el desvío de Vía Shell en Santa Tecla. El recorrido en bicicleta lo hace en hora y media.
“Es más peligroso por el tiempo en el que estamos. Anoche (martes) yo venía a las 8:30 de la noche y todo oscuro porque aquí no hay luz. Aquí bien fácil lo asaltan o le hacen algo a uno”, manifestó.
Aseguró que ese día en la noche solo encontró policías en los retenes y una patrulla.
Para las personas lo más difícil es caminar hacia Santa Tecla porque la calle es más inclinada y causa dolor en las pantorrillas y piernas. Además, a partir de las 8:30 de la mañana, los rayos del sol se intensifican y provocan más cansancio.
Concepción Escobar, 65 años de edad, se dedica a vender ropa en el mercado central de Santa Tecla. Ayer, a las 8:30 de la mañana caminaba cerca del lugar donde se deslizó una roca y calló sobre un carro, dejando dos lesionados y un fallecido, hecho ocurrido después del temblor del pasado lunes, con magnitud de 5.1 grados.
Escobar llevaba colgada una bolsa de trapo, color azul, en las manos sostiene un delantal doblado y un par de sandalias en una bolsa clara, con ellas se tapaba los rayos del sol que le daban en la cara.
Ayer ella caminó aproximadamente 45 minutos y espera que habiliten pronto la calle porque a su edad resulta demasiado cansado caminar cinco kilómetros.
Luis Martínez, afectado por el cierre, viajaba desde El Cobanal, hasta Santa Tecla. Él opina que habilitar el doble sentido el carril que conduce del occidente del país hacia San Salvador, aliviará la situación de los afectados, él considera que “en este carril no hay peligro y con restricción de velocidad se puede pasar”, expresó.
Después de caminar por más de una hora, las personas se alegran y aligeran el paso cuando frente al turicentro de Los Chorros ven algún microbús de la 42B que hace viajes hasta Santa Tecla.
Ayer por la tarde las autoridades indicaron que en esa carretera hay tres puntos vulnerables y tienen que definir todavía qué obras realizarán.