Aunque las autoridades de Seguridad Pública han tratado de mostrar una creciente disminución en la tasa de homicidios, los rankings internacionales y ONGs que analizan el comportamiento del crimen a nivel global siguen ubicando a El Salvador entre los países más peligrosos.
En términos de ciudades, hace una semana, la unidad de investigación de la revista especializada en temas económicos, The Economist (ver gráfico), ubicó a San Salvador como la ciudad más peligrosa del mundo, basado en su alta tasa de criminalidad: 137 por cada 100,000 habitantes. De hecho esta tasa decreció desde los 190 homicidios por cada 100,000 que tenía la capital salvadoreña en el año precedente.
Según ese informe global, la parte más alta del ranking de las ciudades más peligrosas no ha cambiado. En los años 2015 y 2016 El Salvador fue el país más violento del mundo y San Salvador la ciudad con más asesinatos.
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De acuerdo con esa publicación, las estadísticas más recientes representan una ligera mejoría -cómo ha insistido la Policía Nacional Civil-, a nivel nacional la tasa de homicidios disminuyó de 103 a 91 muertes violentas por cada 100,000 habitantes.Lo que ha permitido que El Salvador siga en ese sitial vergonzoso es que regionalmente, la tendencia fue también descendente en el caso de Honduras: San Pedro Sula ha pasado a ocupar el tercer puesto, un escaño menos que en 2015.
Según los análisis de ese equipo, el aumento de la violencia en los países vecinos -los del Triángulo Norte- demuestra que el manodurismo únicamente redistribuye geográficamente los asesinatos. Para el caso, en El Salvador se han incrementado asesinatos en municipios rurales, muchos de los cuales antes no registraban actividad criminal.
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El director de la Policía Nacional Civil de El Salvador daba cuentas hace unas semanas que la disminución de homicidios es cercana al 55% por ciento comparado con el trimestre del año pasado.Para el caso las cifras del mes de marzo dan cuenta que en El Salvador murieron de manera violenta 321 personas (10 homicidios por día), una cifra completamente inferior si se compara con los 603 personas que registraron las autoridades como “muerte violenta” en el mes de marzo 2016. En 2015 para ese mes el registró fue de 481.
Alertas A la reputación que arrastra El Salvador de ser un país agobiado por la presencia delictiva de pandillas criminales y de ser un país de paso de cargamento de cocaína procedente del Sur de América, se ha sumado anuncios como el del Gobierno de Holanda, de alertar a sus ciudadanos de viajar bajo sus propia responsabilidad (ver nota aparte) a este país centroamericano.
Holanda advierte a evitar viajar a municipios como Apopa, Mejicanos y Soyapango, y sugiere “no utilizar el transporte público de autobuses debido a las amenazas y ataques”.
Otros de los estudios que daba un puesto nada agradable a El Salvador fue presentado hace un año, en abril de 2016 un informe de la organización civil mexicana Seguridad, Justicia y Paz situaba a San Salvador en el tercer lugar de las ciudades más peligrosas, a partir de una tasa de 108 homicidios por cada 100,000 habitantes. Entonces el primer puesto estaba encabezado por Caracas, Venezuela con 119 muertes violentas por cada 100,000 habitantes, y San Pedro Sula, Honduras con 111 asesinatos por cada 100,000 habitantes.
Un análisis Latinoamericano Según el Instituto Igarapé, un centro que aglutina equipos de estudios de Brasil, 43 de las 50 ciudades del mundo con más asesinatos y ocho de los diez primeros países están en América Latina y el Caribe. Las guerras entre pandillas, corrupción y Estados más débiles abonan a los altos niveles de violencia.
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Ese es el caso de los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), donde las pandillas marcan el ritmo del crimen y a ellos se suman grupos de narcotraficantes que intentan ganar territorios o controlar la venta y trasiego de estupefacientes, de acuerdo a análisis de la Fiscalía General y de la misma Policía. Algo que se les facilita debido a la corrupción en esferas estatales.De acuerdo a ese estudio, en el Norte de América, aparece la ciudad mexicana de Acapulco, ubicada en la costa del Pacífico mexicano, con un registro de 108 asesinatos por cada 100,000 habitantes, detrás de San Salvador.
La tasa global de México aumentó de 14.1 asesinatos por cada 100,000 habitantes a 17, número similar al máximo de la guerra contra el narco que declaró el expresidente Felipe Calderón; seis ciudades mexicanas están entre las 50 más violentas del mundo.
En el centro de la lista está Brasil que es el segundo mayor consumidor de cocaína en el mundo, tras EE.UU.. El año pasado la tasa de asesinatos disminuyó en las ciudades más grandes pero aumentó en las más pequeñas. En Maraba y Viamao los homicidios aumentaron un 20 por ciento mientras en Sao Paulo cayeron un 55% entre 2014 y 2015.