Ahora a la una de la tarde Ana Daysi Rivera verá a su hijo Oscarito, él la espera en la misma cama de la esquina de uno de los muchos cuartos que tiene el Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom.
Él lleva ocho meses conectado a un respirador artificial porque padece distrofia muscular severa, a pesar de no tener muchas probabilidades de vida, cumplió un año de vida el viernes.
El pastel fue donado por el personal médico que cuida del bebé, ya que la situación económica de los padres no les permite sufragar todos los gastos que tienen como familia y las necesidades médicas que su hijo tiene.
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No obstante, ahora ellos se encuentran agradecidos “con los ángeles que aparecen en el camino” ya que después de haberse publicado la nota sobre el cumpleaños de Oscarito, “personas de buen corazón” se han acercado a ellos para ofrecerles ayuda con productos de primera necesidad que son de suma importancia para el pequeño.“Nos sentimos muy agradecidos con las personas que nos han ofrecido ayuda. Dios no se queda con nada y va a recompensar. Me siento agradecido porque me ayudan a mitigar este dolor”, dijo Williams Martínez, padre del menor.
Sin embargo, los medicamentos que el niño necesita todavía no los han podido comprar.
La distrofia muscular es una enfermedad que impide que los músculos adquieran fortaleza y se desarrollen, esto provoca que las personas no puedan realizar movimientos y estén en un estado de parálisis corporal.
Así es la distrofia muscular: