Para este día el Juzgado Antimafia de Instrucción B ha programado la audiencia preliminar en la que el juzgador evaluará si hay suficientes pruebas en contra de ocho imputados de la masacre de San Juan Opico, en la que 11 personas fueron asesinadas.
Los hechos que acabaron con la vida de ocho empleados de una distribuidora eléctrica y tres jornaleros más del cantón Agua Escondida, en San Juan Opico, ocurrieron el 3 de marzo de 2016.
Esta es la tercera vez que el Juzgado Antimafia de Instrucción B programa la audiencia en la que la Fiscalía, detallará las pruebas que tiene para que los ocho supuestos pandilleros de la 18 sean enjuiciados por la masacre.
Investigaciones preliminares han establecido que los pandilleros de la 18 confundieron a las víctimas con integrantes de la MS-13, según un imputado (con clave Islámico) que se acogió a beneficios penales a cambio de revelar información que ayudaría a esclarecer el caso.
Islámico reveló a las autoridades que los pandilleros se disfrazaron de agentes policiales para matar a delincuentes rivales, pero en vez de ellos, se encontraron con los técnicos y los jornaleros.
El día de la masacre, los homicidas ordenaron a los electricistas y jornaleros a lanzarse al suelo boca a bajo, además los ataron de pies y manos para después dispararles.
El hecho causó gran indignación en los salvadoreños por la manera cruel en que fueron masacradas las víctimas que no tenían nada que ver con sus rivalidades.
Como parte de las reacciones de las autoridades ante este caso, días después pusieron en marcha las medidas extraordinarias en siete centros penales.
En un inicio las investigaciones ligaban a 11 sujetos en la masacre, pero tres estaban prófugos y murieron en un tiroteo con la Policía.
El 8 de marzo se suspendió la audiencia porque los fiscales del caso justificaron tener otra audiencia en la misma fecha y a la misma hora en Santa Ana. Dos menores de edad ya fueron condenados por este caso.