El plan se pone en marcha cuando el novio y la novia dicen: “Sí, acepto”. Es el día de su boda y nunca antes se han visto. Ella está ahí, vestida de blanco, para que los pandilleros de la mara Salvatrucha no la maten; él, porque cree que se casará con una ciudadana de Estados Unidos para emigrar a aquel país de manera legal.
Días después del matrimonio, la novia volverá a una casa en la que otras salvadoreñas como ella sufren de explotación sexual y bajo amenazas de muerte son obligadas a formar parte de una inusual estructura criminal. El novio, en cambio, morirá.
Según las autoridades, una nueva estructura criminal de las pandillas podría estar operando en el país. La denominaron las “viudas de negro” y podría ser una demostración de la diversificación de sus actividades delictivas.
“Era una operación bien sofisticada, bien planificada”, dijo Violeta Olivares, jefa de la Unidad Especializada de Trata y Tráfico Ilegal de Personas de la Fiscalía, cita la agencia AP.
Aunque El Salvador es uno de los países más violentos del mundo, la noticia cobra aún más relevancia porque, según Olivares, ésta es la primera vez que el Gobierno detecta que las pandillas operan en la modalidad de trata de personas con matrimonios forzados.
En el país operan tres pandillas, 18 Revolucionarios, 18 Sureños y la MS, esta última es la responsable de las “viudas de negro”. Los detalles de la MS llegaron a oídos de la justicia gracias a información de una de las víctimas, que escapó y la Fiscalía la tiene protegida.
“Mónica”, nombre falso que le asignaron para protegerla mientras dure la investigación, detalló que una mujer llamada Esmeralda Aravel Flores Acosta “prófuga” la contrató para realizar oficios domésticos, pero al llegar a la casa en la que trabajaría comprendió que se trataba de una propiedad de la MS.
Descubierto el engaño, a Mónica no le quedó más obedecer. “Vas a tener que estar aquí, te guste o no te guste, y te casarás con un desconocido al que le dirás que tienes la ciudadanía estadounidense”.
Luego siguió la boda: la vistieron de blanco, la llevaron hasta la alcaldía de un municipio al occidente del país y ahí se encontró con su futuro marido.
La MS ordenó a Mónica que se casara con Melvin Reyes, un hombre al que le prometieron que tras el matrimonio podría emigrar legalmente a Estados Unidos. Los investigadores ignoran cuánto suele pagar una víctima como Melvin por un supuesto enlace con una ciudadana estadounidense, pero sí saben que los hombres son timados para que compren un seguro de vida argumentando que es un requisito de las autoridades migratorias para comprobar un compromiso de vida entre los esposos y una garantía económica para la mujer.
La Asociación de Empresas de Seguros dijo a la AP que como gremial no cuentan con información sobre la investigación, ya que ésta forma parte de un proceso que está en manos de la Fiscalía.
Los matrimonios de las “viudas de negro” finalizan al cabo de un mes o un poco después. A las mujeres se les informa que sus maridos fueron asesinados “que fue una muerte violenta” y se les exige reclamar el cuerpo en la morgue, encargarse de los trámites del entierro y pedir a la Fiscalía que investigue el crimen. Días después “concluido el papeleo legal” las mandan a cobrar el seguro del que son beneficiarias. Las mujeres son acompañadas por pandilleros.
La Fiscalía no reveló detalles sobre Melvin ni sus familiares, pero sí confirmó que fue asesinado y miembros de la MS obligaron a Mónica a cobrar el dinero del seguro.
La Fiscalía dijo que investiga otros dos casos similares, pero no tiene un estimado de las víctimas. Según Olivares, a la fecha se han girado ocho órdenes de arresto contra presuntos implicados en el caso, pero sólo han logrado capturar a tres: Karla Jennifer Flores Acosta, María Cristina de Cruz e Isabel del Carmene Méndez Dueñas. Los demás siguen prófugos.