Para poder vivir en el municipio de La Laguna, en Chalatenango, cada nuevo habitante y su familia son investigados y, dependiendo del resultado, la comunidad permite su asentamiento en el pueblo.
El casco urbano del municipio, fronterizo con Honduras, es tan pequeño que todo está al rededor del parque central: la alcaldía, puesto policial, los juzgados, el mercado, un hotel, tiendas de abastecimiento e incluso una pizzería.
El clima es fresco, ya que está ubicado a 1,027 metros sobre el nivel del mar. Las personas se conocen entre sí, por eso se percatan rápido de los desconocidos que visitan el lugar.
Esto es útil para salvaguardar su bienestar colectivo e individual, ya que, en coordinación con la Policía y la municipalidad, pueden detectar si una persona es fugitiva de la ley, tiene antecedentes penales o si llega al lugar porque su vida corre peligro.
“Si llega un desconocido, la gente da aviso a la Policía y empezamos a investigar de dónde viene, si tiene antecedentes penales, cuál es la razón por la que ha cambiado vivienda, si pone en peligro nuestra seguridad y, si son personas fugitivas, aquí mismo se captura”, explicó Guillermo Guevara, secretario de la alcaldía.
Este método forma parte del programa Seguridad Ciudadana y uno de sus ejes consiste en hacer comités en todos los cantones y caseríos del municipio, integrados por habitantes y policías.
La función de estas comitivas es estar a la expectativa, para “evitar que muchachos anden en malos pasos” o localizar a personas extrañas que andan por la noche en las comunidades.
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“Se registró un homicidio en el 2013 (...) vino una persona y se nos escapó investigar quién era, comenzó a organizar a unos jóvenes y los quiso reiniciar en la pandilla. Como a la una de la mañana, encontraron a dos ancianitos que venían de una vigilia y los mataron, los hicieron pedazos con corvo”, relató Guevara.Según él, las personas que cometieron este delito fueron capturadas de forma inmediata y ahí descubrieron que el nuevo habitante era de San Martín, San Salvador, y era buscado por el delito de homicidio.
El secretario dijo que la vigilancia que tienen les ha garantizado la seguridad y, aunque están conscientes de que invadir la privacidad de las personas “es un poco ilegal”, les ha funcionado para evitar que se desarrollen grupos delictivos en el municipio.
“Estamos consciente que es un poco ilegal, la ventaja es que se tiene el aval del puesto policial, porque es como refuerzo al trabajo que la policía está haciendo”, explicó.
El asesinato de los ancianos, ocurrido en 2013, fue el primero en nueve años. El siguiente año se dio otro y en los dos últimos años no se registró ningún homicidio.
En enero de 2017 hubo un intento de asesinato, pero tanto la víctima como el victimario no eran de la localidad.
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Según Guevara, en el municipio no se registran robos ni de ganado. Relata que hace 10 años una persona robaba ganado en La laguna y El Carrizal, pero meses apareció muerta y “desde entonces aquí no se pierde el ganado, solo las gallinas, que son robadas por los bolitos”.La alcaldía no destina un presupuesto fijo para seguridad, porque esto va incluido en proyectos sociales. La municipalidad también trabaja en programas de prevención de la violencia para jóvenes, ya que impulsa torneos deportivos en los diferentes cantones, tienen una escuelita de fútbol, trabajan en proyectos relacionados con arte y cultura, además de dar atención psicológica en las escuelas.