Comerciantes de mercados venden en el día y vigilan por la noche

Entre 10 y 25 vendedores custodian por la noche sus puestos y mercadería en el mercado Central.

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Foto por Mauricio Cáceres

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26 March 2017

Cuadrillas de vendedores se turnan para dar seguridad por las noches en el mercado Central, ante la orden de la Policía Nacional Civil del 16 de marzo de suspender la seguridad privada que brinda la Asociación de Vigilantes Independientes de Mercados y Centros Comerciales (Avimces), mientras investigan los hechos del enfrentamiento entre pandilleros y vigilantes que sucedieron en ese mercado hace casi dos semanas.

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Doña Margarita Mejía, una de las representantes del Pabellón 1 del mercado Central, afirmó que no es que desconfíen del Cuerpo de Agentes Metropolitanos, pero prefieren ser ellos quienes estén pendientes de sus mercaderías.

Entre 10 y 25 vendedores se quedan en los pabellones, incluso al principio hacían rondas por los pasillos, porque los agentes del CAM les cortaron candados y reclamaban que se les entregaran las llaves de los portones, afirmó la comerciante de calzado.

“Prácticamente renunciamos a ellos (CAM) desde el año 80, preferimos la seguridad privada porque como nosotros les pagamos les podemos exigir y reclamar y si viene el CAM como la Alcaldía les paga, sienten que el patrono de ellos es la Alcaldía y el alcalde”, recalcó.

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Doña Margarita afirmó que cuando les toca turno de cuidar mercadería, tienen que hacer jornadas de 24 horas, en el día venden y por las noches vigilan.

Las ventas han bajado en un 80 %, están vendiendo muy poco, pero tiene la esperanza que las autoridades recapaciten y puedan terminar antes del mes la investigación a la empresa de vigilancia y se levante la restricción de quienes les brindan el servicio de seguridad.

Las vendedoras prefieren los vigilantes que ellos pagan por $0.50 diarios, porque tienen la certeza de que pueden contar con ellos en su zona de comercio.

“Es por la confianza que tenemos, porque ya desde el 80 para acá estamos trabajando con ellos, vale más lo viejo conocido que lo bueno por conocer”, destacó Mejía.

Aunque la señora no haría guardia en el mercado esa noche, tenía la responsabilidad de dejar la cafetera, el agua y el pan para el refrigerio de sus compañeros comerciantes con quienes trabajan en equipo cuidando sus puestos y ventas en los pabellones del mercado Central.