Horas después de haber entregado a la bebé de dos meses de nacida a la Policía, Jaqueline Lisseth Ortez Aguirre, de 29 años , fue asesinada por supuestos pandilleros de la mara Salvatrucha (MS).
Ortez Aguirre fue acribillada a balazos frente a su pequeña hija, quien sobrevivió al ataque.
El crimen se produjo la noche del sábado justo en la casa donde Ortez Aguirre tuvo a su cuido a la niña, cuya madre Diana Lisbeth, de 21 años, y su hermana, Yamileth, de 7, fueron asesinadas en el cantón Guadalupe, en Apopa. Los cuerpos de estas últimas aparecieron la noche del miércoles pasado.
Ortez Aguirre residía en la casa 15 del pasaje 15 de la comunidad La Selva, en Ilopango.
El informe de la Policía detalla que no menos de dos hombres con apariencia de pandilleros tocaron a la puerta de la casa de la víctima.
La mujer salió abrirles porque de seguro ya los conocía, según fuentes policiales, por lo que los individuos entraron y enseguida le dispararon a la mujer, quien murió de inmediato.
El director de la Policía, Howard Cotto, explicó que la mujer aceptó cuidar a la infante por la amistad que tenía con los supuestos pandilleros que se la llegaron a dejar a su casa.
Cotto aseguró que no se arrestó a Ortez Aguirre porque ella colaboró con la entrega de la niña. Sin embargo, ni la Policía ni la Fiscalía le brindaron protección, a pesar de haber sido considerada como testigo, según fuentes policiales.
Las primeras investigaciones policiales apuntan a que la mujer fue asesinada por integrantes de la MS, que operan en la comunidad La Selva, porque supuestamente ella se relacionaba con pandilleros de la 18.
Diana Lisbeth (la madre de la bebé) no tenía ningún vínculo con esa pandilla, según Cotto, pero sí tuvo una relación sentimental con Enzo Fuentes Velasco, un supuesto pandillero de la mara 18 que se encuentra recluido en un centro penal.
“Existe la probabilidad de que la menor rescatada sea hija de este mismo sujeto (Fuentes Velasco), la relación entre ellos dos había terminado, parecería que no en muy buena forma, y es aquí donde nosotros tenemos unos de los posibles móviles del hecho”, dijo Cotto.
Las autoridades creen que por el hecho de que la bebé sea hija de Fuentes Velasco es que no le hicieron ningún daño. Sin embargo, ese parentesco se tendrá que corroborar a través de la prueba de ADN, según el director de la Policía.
Con respecto al móvil del asesinato de la joven y su hermana, las autoridades policiales creen que pudo derivarse por el hecho de que la joven después tuvo una relación sentimental con otro pandillero y eso habría molestado a Fuentes Velasco.
“Es muy difícil aseverar de que eso haya sido a través de una comunicación telefónica u otra vía hacia fuera. Eso no es posible determinarlo, no es posible en este momento incluso establecer una forma final y fehaciente que desde adentro del centro penal este individuo haya pedido u ordenado este hecho”, dijo Cotto.
Se las llevaron con engaños
Cotto aseguró que Diana Lisbeth y su hermana de siete años fueron sacadas con engaños de la zona del Mercado Tinetti, donde sus familiares tienen un negocio.
Dos hombres, quienes aún no han sido identificados, le dijeron a Diana que irían a realizar “unas diligencias” relacionadas con el negocio.
Estos dos hombres entregaron a la joven y a las dos niñas a dos pandilleros de la mara 18 en el bulevar Los Héroes, bajo “el argumento que tenían unas cuentas que ajustar con Diana Lisbeth”, explicó Cotto.
Ahí las subieron a otro auto y se las llevaron a la zona del cantón Guadalupe, en Apopa, donde las asesinaron.
Las investigaciones policiales apuntan a que los dos pandilleros que recibieron a las víctimas fueron Osvaldo Coronado Ramírez, un supuesto cabecilla de la pandilla 18, y José Filadelfo Pérez López, quienes han pasado a formar parte de los cien pandilleros más buscados por la Policía.
Después de asesinar a la joven y a su hermana, estos dos individuos se llevaron a la bebé para entregársela a otras personas. “Les piden cuiden a la infante, mientras transcurría un tiempo y decidían qué hacer con ella”, dijo Cotto.
Agregó que los individuos le llevan la infante a Lisseth Ortez, quien horas después de haber entregado a la niña a la Policía, fue asesinada. La entrega de la bebé a la mujer asesinada se hace cerca de un supermercado de Ilopango. Ella habría asumido el cuido por la amistad que supuestamente tenía con los individuos.
Ortez Aguirre trabajaba en San Salvador y, según las autoridades policiales, se había involucrado en la distribución de drogas.