Los sueños de Mónica Alejandra Parada fueron truncados por pandilleros que la asesinaron junto con su abuela, Alejandra López Parada, de 50 años -frente a la casa de la señora- en la lotificación San Luis III, del municipio de San Luis Talpa, La Paz.
Una de las hipótesis sobre el hecho, cometido la tarde del sábado pasado, es que a las mujeres las mataron integrantes de la mara Salvatrucha como un ritual de iniciación en la estructura, pues ellas no se relacionaba con mareros ni habían sido amenazadas, según una fuente policial.
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Los familiares de las víctimas relataron que la señora era enfermera y la joven estudiaba primer año de Licenciatura en Relaciones Públicas, pues su deseo era llegar a ser periodista.“Mónica buscaba sus muñecas y las entrevistaba una por una; agarraba las ramas secas pensando que era un micrófono”, contó un allegado de la universitaria.
Los dolientes señalaron que la estudiante residía en una lotificación de la playa Amatecampo, a cinco kilómetros de donde fue ultimada. Ella llegó a la casa de su abuela porque asistiría a la fiesta de cumpleaños de un amigo que reside en la zona.
Mientras que su abuela se dirigía a San Salvador a realizar unas compras. Ambas salieron de la casa, alrededor de las 2:30 de la tarde, para abordar el transporte que las llevaría a sus destinos.
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Minutos después, sus parientes oyeron varios disparos pero por temor no salieron a ver lo que había pasado. Fue a través de un vecino que se enteraron que las habían asesinado.En la localidad hay conmoción por el homicidio de la señora y su nieta, pues eran muy apreciadas. Quienes las conocieron manifestaron que ambas pertenecían a una familia que llevaba un estilo de vida modesto y todos son muy trabajadores.
Las autoridades informaron que los autores del doble homicidio les dispararon a las mujeres desde un vehículo. Los atacantes, según la versión policial, serían dos hombres que quieren ser parte de la mara Salvatrucha, cuyos cabecillas les ordenaron cometer el hecho como parte del ritual de iniciación.
Esta estructura criminal quiere mantener el control en el lugar y comete hechos delictivos para generar temor entre los habitantes.
La fuente añadió que la estudiante universitaria residía en una lotificación donde delinque la pandilla 18; esto también habría hecho que Mónica Alejandra y su abuela fueran blanco del ataque.