Los hechos de violencia, patrullajes de la Policía Nacional Civil y la ausencia de seguridad privada en las cercanías del mercado Central afectan el movimiento comercial en la zona.
La afluencia de compradores se ha reducido tanto en el mercado Central como en el aledaño Sagrado Corazón, de acuerdo con las comerciantes quienes afirman que venden menos de la mitad de lo habitual.
Margarita Mejía, líder de comerciantes en el pabellón N° 1 del mercado Central, quien se dedica a la venta de calzado, afirma que sus ventas han bajado en 80 por ciento, lo que ella resume como poca venta.
En cambio, las que se dedican a la venta de perecederos, como verduras y frutas, han optado por comprar la mercadería que consideran se moverá durante el día.
Por ejemplo, el viernes a eso de las 3:00 de la tarde, Estela Orellana apenas tenía unas pocas zanahorias y papas en sus cestas y canastos.
En los pasillos del mercado más grande de El Salvador se percibe la ausencia de bullicio y el poco tránsito de compradores.
Daño colateral en el mercado Sagrado Corazón
La media docena de asesinatos ocurrida hace 10 días en el mercado Central también han causado la disminución de compradores en el centro capitalino.
Pero los hechos de violencia parecen que siguen latentes en la zona del centro. Nada menos ayer un vendedor fue asesinado y otro lesionado, lo cual contribuye a la baja afluencia de compradores. (Ver nota aparte).
Mary Guardado, la encargada de una venta de ropa en el Sagrado Corazón, aseguró que sus ventas han bajado hasta en el 60 %.
El servicio de seguridad privada en dicho mercado se mantiene. Ella señaló que a las personas les da temor cuando ven la zona rodeada de policías y eso termina por afectar de manera negativa el movimiento de su mercadería.
“La gente no está viniendo a comprar por lo que ha pasado (asesinatos) y cuando ve mucho policías, prefieren no venir”, destacó Guardado.
Siempre en el mercado Sagrado Corazón, Carmina Gómez, también comerciante de ropa, afirmó que el movimiento de compradores ha sido más calmado, aunque siempre venden, pero poco. Destacó que en el mercado la seguridad privada se ha mantenido hasta el momento y esperan que siga así.
Luego de las medidas tomadas el 16 de marzo por las autoridades de Seguridad Pública, sobre la suspensión de los servicios de seguridad privada de la Asociación de Vigilantes Independientes de Mercados y Centros Comerciales (Avimces), mientras se investigan los crímenes cometidos en el centro capitalino, los vendedores de los mercados se han molestado, porque en lugar de tener la vigilancia privada, quienes se encargan de este servicio son miembros del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM).
Además, el presidente de Avimces, Salvador Hernández Pineda, señaló irregularidades en el actuar de agentes de la Policía, porque aseguró que amenazan con arrestar a los vigilantes si entran a los mercados uniformados o armados.
A pesar de ello, Hernández Pineda señaló que comerciantes les piden que sea la empresa de seguridad privada la que se encargue de ese servicio.
Vigilante sin aval de PNC para laborar
Un grupo de 75 agentes de seguridad privada de la Asociación de Vigilantes Independientes de Mercados y Centros Comerciales (Avimces) se encuentra sin poder laborar desde que fueron cesados de sus puestos por disposiciones de la Policía el pasado 16 de marzo, a causa de los ataques armados que dejaron seis muertos en el Centro Histórico de San Salvador y que actualmente se encuentran en investigación.
Según el director de la Policía, Howard Cotto, fueron suspendidos por un período de 30 días, durante el cual se realizan las indagaciones en torno al caso, sin embargo, los vigilantes han solicitado que ese tiempo sea reducido a 15 días, pero aún no ha recibido una respuesta.
Salvador Hernández Pineda, presidente de Avimces, aseguró que los vigilantes no son los únicos afectados, sino que con las medidas que han tomado las autoridades “están castigando” a más de 18 vendedores de mercados a los que ellos darían servicios.
Señaló que no coincide en que cada uno de los agentes de seguridad cuentan con documentación legal para portar sus armas, pero la Policía ha dado la orden de no permitirles la entrada a los mercados ni uniformados ni armados.
Amenazas de la Policía
Aunque cuentan con los documentos, según el presidente de Avimces, se les ha amenazado con ser arrestados al no cumplir con los lineamientos. “La gente nos pide: ‘quédense y cobren’, pero la orden que ha dado la Policía es que si ven a los empleados (de Avimces) cobrando los van a capturar y acusar por renteros, como si ese dinero fuera producto de extorsión”, lo cual es considerado por el dirigente como “algo injusto”.
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Para evitar ser detenidos, los vigilantes no están trabajando y algunos han dicho que esperarán el plazo de suspensión dictado por la Policía.Afirmó que la empresa solo tiene siete armas registradas, pero las demás trabajan con armas propias legalizadas.