Debemos saber qué tipo de agua consumimos

Todos reconocemos que el agua es esencial para vivir y por tanto todo ser vivo debe disponer de ella.

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21 March 2017

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece en el documento “Guías para la Calidad del Agua Potable” que este vital líquido, además de ser accesible, debe ser suficiente e inocuo, es decir que no debe representar ningún riesgo importante para la salud de quien lo consume durante toda su vida.

¿Qué tanto control podemos tener sobre el agua? Asegurar que el agua que consumimos es inocua, concluyéndolo a partir de evaluar microorganismos indicadores (como el recuento total de bacterias o los coliformes fecales) o microorganismos índices (Escherichia coli) o incluso aquellos que son indicadores e índices (Clostridium perfringens), resulta ser una verdad a medias, puesto que no consideramos otros factores críticos para agua potable como aspectos químicos y radiológicos.

¿Qué tan críticos serán para los usuarios salvadoreños los otros aspectos? En función del riesgo, dependerá de la presencia de fuentes contaminantes y mecanismos existentes para la detección y control. Por ejemplo, arsénico, tan reconocido por la novelista Agatha Christie, representa un riesgo importante, ya que es una de las pocas sustancias que OMS reconoce como precursor del cáncer en humanos derivado del consumo de agua y que suele encontrarse en aguas salvadoreñas debido a la naturaleza volcánica del país.

Este elemento además de las consecuencias fatales que puede tener su consumo, presenta otro reto y es que no es percibido por los sentidos humanos, de forma que lo podemos consumir permanentemente y no seremos conscientes del paulatino envenenamiento. Como consumidores, ¿Qué podemos hacer al respecto? En primer lugar, tomar conciencia, es decir, saber qué tipo de agua estamos utilizando y conocer qué características de agua demandamos, en función del uso que se le dará.

En segundo lugar, adoptar medidas para reducir la brecha entre el agua de la que disponemos y la que deseamos obtener. Los consumidores deben conocer la calidad de agua que utilizan y diseñar una estrategia que les permita obtener el agua que necesitan, involucrando a todos los actores: usuario, autoridades de salud pública, gobierno local, industria, comercio, constructores, proveedores de agua, comunidad, organismos evaluadores de la conformidad acreditados. Si cada quien cumple su función y reconocemos el bien común como objetivo prioritario, seguramente obtendremos el agua que necesitamos y que como seres humanos merecemos.

El agua es un bien de todos y también responsabilidad de todos.