Mientras miles de salvadoreños soñaban con "pegarle al gordo" o ganar el premio mayor, la Lotería Nacional acumuló sorteos de forma ilegal y alteró actas sobrantes de sorteos.
Esos fueron los principales hallazgos de una auditoría que realizó la Corte de Cuentas, a partir de la denuncia de un ciudadano que señaló que los premios de la Lotería no eran vendidos y se estaban acumulando.
La denuncia del ciudadano fue en 2011. La Corte indagó a los sorteos y movimientos de la Lotería entre marzo y septiembre de 2010.
Sobre la acumulación del premio mayor ilegal detectado por los auditores, la Corte determinó que la Junta Directiva y la Comisión de Sorteos de la Lotería, realizó sorteos programados de lotería tradicional, en la modalidad de “La Millonaria”, pero acumularon el primero, segundo y tercer premio, sin que existiera justificación legal para hacerlo. Lo que sumó un acumulado de $2 millones 520 mil 75.
La Corte también determinó que el Reglamento para la modalidad de “La Millonaria” no fue autorizado por el Ministerio de Hacienda, como lo establece el artículo 7 de la Ley Orgánica de la Lotería, por los que dieron el aval a esa decisión fue la Junta Directiva de la institución.
Como si fuera poco, en ese mismo período marzo-septiembre de 2010, la La auditoría de la Corte descubrió otra irregularidad: las actas sobrantes de billetes de los sorteos 1838, 1851, 1859, 1860 y 1862 que enviaron las agencias del departamento de Distribución del Producto de Lotería estaban alteradas con tachadura y correcciones. Además, los datos que la institución describe como sobrantes en billetes son incoherentes con los que reportó en notas de envío.Por ejemplo, en el sorteo 1859, con fecha del 1 de septiembre de 2010, la cantidad de billetes que describe el acto 32 es de 2580, pero el documento está tachado y en la parte inferior, luego de las firmas se escribió a mano: “se recibieron 2550 billetes”.
La agencia encargada de esta acta fue la Roosevelt, en San Salvador. La misma irregularidad sucedió en dicho sorteo, pero en la agencia de San Miguel: en el acta 33 está subrayado a mano los números 1,690 y abajo de la cantidad está escrito 1,660, y ese fue el total de sobrantes.
Y así, en 12 ocasiones más en el período que la Corte realizó la auditoría se detectaron las mismas irregularidades. Más otras en dos actas de los sorteos 1851 y 1859, cuyos billetes fueron reportados como “abiertos” sin que la comisión encargada especificara por qué había abierto el paquete.
El artículo 8 del Código de Ética de la Lotería establece en su inciso “a” que los funcionarios y empleados tienen prohibido “alterar, falsificar, destruir o sustraer cualquier documento, valores o información relación perteneciente a la LNB”.
La misma normativa establece también que serán sancionados los empleados que violen las disposiciones legales e incumplan las funciones, atribuciones deberes y obligaciones propias de su cargo”.
Argumentos de la Lotería
La Lotería justificó la acción señalando que la acumulación de los premios le ha permitido “hacerle frente a la difícil situación económica” porque el consumidor prioriza sus gastos, por lo tanto, si el precio del billete y el valor del primero premio le es atractivo se “estimula” para adquirir el producto, que luego se convierte en e incremente de venta de la institución. “Lo que a su vez resulta en mayores utilidades para apoyar al Estado en el financiamiento de los servicios de salud pública y asistencia social, beneficiando así a un mayor número de grupos vulnerables”, argumentó la Lotería. Desde hace dos semanas se ha solicitado una entrevista con el actual presidente de la Lotería, pero la última evasiva fue que está fuera del país por dos semanas.
INFOGRAFÍA