Edgardo Antonio García López es el cerrajero de Ahuachapán desde hace 29 años, cuando en 1988 se independizó de su suegro, Juan Andrés Batres, quien fue el primero en ofrecer este servicio en la cabecera departamental.
Aunque su profesión es técnico en ingeniería textil y trabajó para una empresa en esa área, luego en otra que se dedica al rubro de la geotermia, su pasión fue la fabricación de llaves.
Su entusiasmo comenzó en 1980 cuando era novio de quien ahora es su esposa, Lorena Batres de García, y la visitaba en la tienda Singer, ya que don Juan Andrés era distribuidor de máquinas de coser, entre otros productos.
Ahí inició a conocer los secretos del oficio, que su suegro comenzó a dar a los ahuachapanecos cuando en 1975 un guatemalteco lo visitó para preguntarle si no sacaba copias de llaves.
Fue él quien vendió la máquina a don Juan Andrés por 500 quetzales de entonces ($67.79 actuales) y le enseñó lo básico de la cerrajería. Ésta, a pesar de que tiene cerca de 55 años, aún funciona.
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La máquina pasó, posteriormente, a manos de don Edgardo, de 56 años, pues la tienda comenzó a desaparecer por problemas de salud de su propietario. Actualmente hay maquinarias que hacen el corte con láser e incluso que instalan el chip que algunas llaves poseen.
Sin embargo, don Edgardo señaló que las dos máquinas que posee son las idóneas para atender la demanda de sus clientes.
Su buen uso y la amplia cartera de clientes que tiene le han permitido sacar adelante a sus tres hijos que se dedican a las áreas de enderezado y pintura y medicina, y su tercera hija se graduará a finales de año en ingeniería en sistemas.
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El cerrajero ha elaborado a la fecha más de un millón de llaves y posee 200 tipos de machotes, que son el material donde sale duplicada la llave original. A nivel mundial existen 1,000 tipos de machotes, explicó.
Recordó experiencias buenas y malas durante su trabajo. Una de estas últimas es cuando ha recibido comentarios de que a él se le facilita hurtar un vehículo por la facilidad que tiene para la duplicación.
Pero dejó claro que su trabajo lo realiza de forma honesta, incluso, cuando las personas le solicitan el servicio porque han extraviado o perdido las llaves de su vehículo, les hace una serie de preguntas y les pide la documentación para garantizar que no sea un ilícito. Eso mismo lo ha llevado a que el oficio solo lo enseñe a sus hijos para garantizar la buena aplicación del trabajo de la cerrajería.
El precio de la duplicación de la llave depende el tipo de llave.