“Una de mis mayores satisfacciones es verlos esforzarse cada día”

La asociación Salvadoreña de Autismo atiende a niños desde los dos hasta los 15 años.

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Roxana Elizabeth Lara es docente de la Asociación Salvadoreña de Autismo (ASA)

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01 March 2017

Roxana Elizabeth Lara, de 27 años, es docentes en la Asociación Salvadoreña de Autismo (ASA) desde principios de año, quien narró que una de sus más grandes satisfacciones es ver la superación de los estudiantes.

“La primera vez que vine a la asociación fue en el 2015, aún estaba en la universidad, y en un primer momento era totalmente desconocido qué era el autismo. Creo que era la primera vez que escuchaba esa palabra y no sabía los retos a los que me iba a enfrentar y volví este año como maestra de nivel dos”, comentó Lara.

La ASA se dedica a atender, desde los dos años hasta los 15, a menores con autismo, con quienes desarrollan las metodologías del Ministerio de Educación, adaptadas a los niveles por edades y según las capacidades de niños.

Cada grupo de estudiantes realiza actividades lúdicas y son atendidos por las profesoras y una sicóloga. Como parte de su aprendizaje escuchan música, realizan tareas y tocan instrumentos musicales como maracas y panderetas.

Algunos estudiantes asisten solo por la mañana, como en el caso de los de dos años hasta los cinco; y los de nueve hasta quince años, en algunos casos asisten todo el día.

Roxana explicó que en un principio fue difícil el adaptarse a la forma de la enseñanza de los estudiantes de la asociación, ya que las metodologías son distintas.

En torno a la celebración del Día Mundial de Conscienciación Sobre Autismo, que se celebra cada 2 de abril, Roxana Lara explicó que uno de los más grandes retos de la ASA es que los niños puedan ingresar a un centro escolar como todos los niños de su edad y que puedan adaptarse a las formas de enseñanza.

“Es completamente diferente que un niño regular. Tengo a mi cargo 20 estudiantes y todos son diferentes, aunque sean los mismos contenidos, las técnicas son distintas, todo depende del niño y de las capacidades que muestren”, indicó.

 

 

La docente agregó que los menores que padecen autismo son especiales porque demuestran sus sentimientos espontáneos; además, son inteligentes, con la diferencia de que tienen dificultades de concentración, pero van logrando, paso a paso, los objetivos.

“Para mi es algo especial, que no todo docente que se gradúa quiere afrontar y quizás ni se imagina. A lo largo de mi carrera profesional quizás nunca me enseñaron lo que necesitaba para trabajar en este entorno, por eso para mí es especial”, contó la maestra.

Explicó que los padres de los niños con autismo, en muchas ocasiones, encuentran las puertas cerradas de los centros educativos, ya que es un obstáculo el decir que sus hijos son autistas porque les solicitan una “maestra sombra” que esté siempre al cuidado de ellos.

“Les dicen: su hijo no pudo, no puede seguir en un determinado colegio”, y aquí en la asociación ellos tienen el apoyo porque se les habla en positivo, que vamos a poder, vamos a seguir hasta que el niño lo logre, y es lo que nos motiva a seguir trabajando con ellos, lo que menos necesitan es más puertas cerradas”, opinó Lara.

Para ella, trabajar con niños con autismo es confortante para su labor, ya que, aunque es poco tiempo el que tiene de trabajar con los estudiantes, le ha enseñado lo especiales que son y las capacidades que poseen.

“Aparte de un trabajo para mí, es ayudar a los estudiantes a salir adelante, demostrar sus capacidades y esa sonrisa, y eso es lo que a mí me agrada tanto, verlos felices y también se le ve la alegría a los padres al verlos que se esfuerzan”, dijo con satisfacción.

El proceso de poder colaborar para que puedan ingresar a una centro escolar como otro niño normal, es difícil; pero no imposible, ya que trabajan con las mismas técnicas del Mined, todo es por edades porque cada niño es diferente, insistió.

“Lo que pido es que conozcan el autismo, que se acerquen, que son como cualquier otro niño; aunque su forma de expresarse no sea la misma, ellos saben cómo dar a conocer lo que sienten y tienen muy buenas capacidades, solo necesitan un apoyo”, dijo la joven maestra.