A Luz de María Magaña, de 73 años, le rodaron las lágrimas cuando estuvo a centímetros de las reliquias del beato monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez. Las reliquias llegaron, ayer, al municipio de Tacuba, en Ahuachapán.
“Todos en familia íbamos a misa de monseñor”, recordó Luz de María, quien relató que vivió en la capital hasta finales de la década de los setenta.
El párroco de la iglesia Santa María Magdalena, de Tacuba, padre Luis Alberto Alvarado, explicó que se trata de un fragmento del corporal de la última misa que celebró el religioso y que tiene impregnada sangre de cuando fue asesinado; además de una de las mitras que utilizaba. A ellas se ha agregado una de las imágenes del líder espiritual, que fue asesinado el 24 de marzo de 1980 y beatificado el 23 de mayo de 2015.
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El padre Alvarado dijo que desde la beatificación de monseñor, la Iglesia Católica comenzó a fomentar la devoción hacia el beato. Por ello, la peregrinación de las reliquias será en todas las parroquias del país.
Cuando las reliquias pasan de una vicaría a otra, se realiza un acto especial en el lugar de traspaso. Cada ciudad que las reciben también organiza diferentes actividades.
Por ejemplo, ayer la parroquia de Tacuba la recibió de manos de la iglesia de Concepción de Ataco.
Al llegar a Tacuba hubo un recibimiento de parte de los alumnos de la escuela parroquial Juan Pablo II, una eucaristía, turnos de veneración a las reliquias, rezo de Rosario, y adoración a Jesús Sacramentado. Se preveía que participaran en dichas actividades un promedio de 2,000 personas.
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“Recibir las reliquias es recibir un legado histórico y descubrir en esas reliquias, parte de lo que fue el hombre de Dios. Ese es el objetivo de la iglesia, descubrir en monseñor Romero al obispo, al pastor, al santo, al hombre de Dios”, expresó el padre de Tacuba.
El párroco de la iglesia Inmaculada Concepción de María, en Concepción de Ataco, fray Rafael Fernández, expresó tras entregar las reliquias, que monseñor es un baluarte de fe y de identidad de un pueblo.
El viernes las reliquias estarán en Ahuachapán donde permanecerán durante cuatro días y luego serán trasladadas hacia Turín, Atiquizaya, San Lorenzo y El Refugio.