Las 27 personas detenidas en El Salvador por presuntamente formar una red de narcotráfico tenían unos seis años de estar colaborando con el cártel de Sinaloa, dirigido por Joaquín el Chapo Guzmán, según el testigo principal de la Fiscalía General.
Esta red local tenía como centro de operaciones las playas San Diego, en La Libertad; La Pirraya en Usulután, y Garita Palmera en Ahuachapán.
Entre los acusados, quienes el sábado pasado fueron enviados a prisión preventiva por no menos de seis meses, se encuentra la locutora radial y expresentadora de televisión Claudia Pamela Martínez Posada.
El testigo relató que desde 2011 veía a individuos que llegaban en lanchas a la playa San Diego y luego ingresaban a un hostal al que identifica como La Tortuga Feliz. Luego se dio cuenta de que estos individuos formaban parte de la narcorganización.
Estas mismas personas subían bidones con combustible, alimentación y hielo a las pequeñas embarcaciones y luego regresaban a alta mar. Ellos decían que eran para la tripulación que pescaba desde los barcos.
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A las personas que ayudaban a subir combustible y alimentos a las lanchas les pagaban con pescado.
Sin embargo, posteriormente comenzaron a pagarles con dinero de acuerdo con las funciones que desempeñaban. A los que se encargaban de vigilar (banderas) la presencia de lanchas de la Fuerza Naval y avisar para que no fueran detectadas les pagaban hasta 500 dólares, y 300 dólares a los que abastecían de combustibles y alimentos.
El abastecimiento a las pequeñas embarcaciones lo hacían en el rancho llamado Discarmar, el cual era administrado José Leonidas Gómez Cuéllar, conocido como Pepe.
A esta persona, la Fiscalía le atribuye ser el cabecilla del grupo de pescadores artesanales que apoyaba logísticamente a la organización que lideraba Maynor Francesco Monroy conocido como “El Teniente” o “Fantasma”. Este último fue arrestado el 30 de abril del 2016 y el 2 de noviembre pasado fue extraditado a Estados Unidos.
Meses después, el testigo principal participó en el desembarco de los cargamentos de droga de las lanchas. Estas descargas se hacían de noche y en la zona declarada como protegida para la recolección de huevos de tortuga.
Para evitar de que los recolectores de turno se mantuvieran en la zona a la hora de los desembarcos de droga y donde se encontraban los viveros donde las tortugas depositaban los huevos, los invitaban a cenar y a embriagarse en uno de los ranchos administrados por Pepe.
En algunas ocasiones, a los recolectores de huevos de tortuga les entregaron víveres para tenerlos alejados del sitio donde descargaban los alijos.
Investigación a raíz de capturas en Guatemala
Las investigaciones de la red vinculada al cártel de Sinaloa comenzaron con los arrestos de siete guatemaltecos que transportaban 997,020 dólares escondidos en un compartimiento secreto de un vehículo con placas salvadoreñas.
A lo anterior se le sumó que una de las detenidas, Ana Lucrecia Muñoz Ramírez, tenía como socia a la locutora Martínez Posada en la empresa Global Trade Corporation. Muñoz Ramírez fue condenada el 7 de febrero pasado a 14 años de prisión por lavado de dinero en un tribunal de Guatemala.
La investigación se fortaleció con el posterior aparecimiento de un testigo clave que aseguró saber detalladamente sobre el trasiego de drogas que hacían las personas detenidas en Guatemala. Este testigo llegó hasta el portón principal de la División Antinarcóticos (DAN) de la Policía y dijo que deseaba proporcionar información sobre Muñoz Ramírez, ya que según el testigo, ella apoyaba logísticamente a una estructura del narcotráfico internacional.
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Al principio, este grupo de pescadores salvadoreños que se supone era dirigido por Gómez Cuéllar comenzó a trabajar con Darwin Roderico González Delgado conocido como El Capi. Esta persona trabajaba para el cártel de Sinaloa, según las investigaciones. En esa oportunidad, Marlon Monroy era seguridad de González Delgado.
Posteriormente, El Capi dejó de trabajar por razones desconocidas con el grupo de Gómez Cuéllar había organizado para colaborar con el trasiego de droga. Fue entonces que Monroy, un militar retirado del ejército guatemalteco, vio su oportunidad de formar su propia “empresa”, como él le llamaba. Con la captura de Marlon Monroy, el 30 de abril del 2016, fue entonces que el Capi vuelve a contactar a Gómez Cuéllar para que colaborara con su narco organización, según el testigo.
Estas redes del narcotráfico internacional estaban formadas por más de cien personas de distintas nacionalidades. Entre ellas había salvadoreños, guatemaltecos, hondureños y colombianos.
El testigo aseguró que podía identificar con sus nombres y sus alias a 77 de esas personas.