Don Atilio Cruz de 64 años de edad reconocido como el mejor sastre del cantón El Jícaro del municipio de La Unión, tiene cincuenta años de dedicarse a la elaboración de camisas y pantalones para niños y adultos; la calidad de su trabajo y responsabilidad de la entrega lo ha posesionado como el favorito de muchas familias de las diferentes comunidades del departamento.
Su madre era sastre pero falleció cuando el tenía 10 años de edad, el oficio lo aprendió con personas particulares de la comunidad lo hizo porque le gustaba y también por necesidad; empezó aprender con lo básico como todo sastre a pegar botones, hacer los ojales, los cortes y pegar piezas.
En un mes aprendió hacer pantalones, las emociones y ganas de ganar dinero fue la principal motivación para emprender el proyecto de su vida, “gané tres colones por el primer pantalón que hice; después cuándo me casé ya valían cinco colones el hacer un pantalón, es así es como empecé mi vida de sastre oficio que me esta dando de comer y con eso logré criar y darle estudios a mis cuatro hijos hasta el bachillerato porque varios de ellos se fueron para el exterior a trabajar”, agregó Atilio Cruz.
Atilio supo que de eso “comería” y ser la principal fuente de ingreso económicos para su familia. En el año 1983 emigró hacia Los Estados Unidos a trabajar por siete años y con esos ahorros logró construir la casa donde actualmente vive.
Decidió regresar al cantón en el 1994 a empezar a trabajar como sastre y dedicarse a su familia. No lo niega que el oficio de corte y confección de ropa es agotador y ha llegado a momentos en retirarse para descansar un poco; pero la misma pasión por lo que hace y el cariño a sus clientes desiste de dejarlo.
En su casa aún conserva algunas viejas piezas de sus antiguas máquinas que son reconocidas marcas de aquellos tiempos.
La primera máquina que compró estaba usada era marca Singel le costó 125 colones le duró varios años y se le dañó, pero de las mismas ganancias logró comprar la segunda que le costó 250 dólares pero esta le duró poco tiempo, y compró la tercera en 600 dólares también usada, fabricada en Los Estados Unidos es la que actualmente esta usando la considera de buena calidad porque la mayoría de las piezas son de metal.
Por cada pantalón que hace para adultos cobra siete dólares, y seis para niños. También hace pequeños trabajos de “remiendos”, como el cambio de zipers, botones, bolsas. El resultado de su trabajo no lo mide por la cantidad de prendas que hace en el día sino por la calidad que los deja y la satisfacción de sus clientes que no hay reclamos.
Su hija Evelyn Cruz de 35 años de edad también heredó el oficio pero lo aprendió de particulares, ella hace prendas para damas desde vestidos, faldas y blusas también tiene la misma fama que su padre como buen sastre.
Todo el año es bendecido con el trabajo aunque hay tiempos que son escasas las ganancias por la situación económicas de las personas.
Desde diciembre, enero y febrero la mayoría de los pantalones que hace son para estudiantes y empleados de oficinas. Ronald Rubio residente del cantón y cliente por más de 15 años , “desde que empezó a trabajar don Atilio se ha convertido en el sastre de toda mi familia por más de 25 años, es su calidad y amabilidad que lo hacen ser el mejor”.