El herrero sonsonateco de una sola mano es un ejemplo de superación

 Desde hace 43 años, Juan Antonio López se dedica a la herrería, un oficio casi extinto en el país.

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Don Juan Antonio

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07 January 2017

SONSONATE. La sonrisa en su rostro, la fe en Dios y el amor a su familia han sido los principales ingredientes que Juan Antonio López ha cultivado para salir adelante  a través de un oficio casi extinto: la herrería,  el arte de trabajar el hierro para elaborar diferentes artículos, tales como rejas,   herramientas, utensilios de cocina, campanas, entre, piezas de adorno y otros.

Juan Antonio creció en medio de herreros. De hecho, su oficio es una herencia familiar. Él lo aprendió de su padre; y su padre, de su abuelo. 

Aunque creció en medio del hierro, no fue sino hasta los 12 años de edad que aprendió de lleno cómo forjar el hierro para elaborar diferentes productos. Desde entonces, se enamoró de este arte. 



Aunque no por ello dejó de estudiar. Al finalizar sus estudios de bachillerato, estudió la licenciatura en Contaduría Pública; y aunque no la ejerce, los números no le pintan nada mal, ya que gracias a la herrería ha logrado sacar adelante a su esposa, quien es ama de casa, y sus dos hijas. Estas últimas son jóvenes universitarias. La mayor, Claudia Yesenia, está por egresar de la licenciatura en Ciencias Jurídicas; y la más chica, Wendy Gabriela, lleva tercer año de la licenciatura en sicología.

Para Juan Antonio, de 55 años,  es importante este oficio, pero lo es aún más que sus hijas se superen en la vida. “En lo personal, me gustaría que ellas (mis hijas) tuvieran una mejor perspectiva del trabajo”, explica.

Pero ser el único herrero  en Sonsonate no es lo más loable. Lo que de verdad hace valioso su trabajo es el hecho de que para ejercer el oficio solo hace uso de una mano; la otra la perdió cuando tenía apenas seis años.

“Mis papás me contaban que yo me encontré un fulminante de dinamita que sirven para estallar rocas y me lo llevé a la casa; y ahí me explotó. Así fue como perdí el miembro izquierdo”, recuerda.

Pero esa limitación física no fue impedimento para que sus papás le dieran algún trato especial. Al contrario, Juan Antonio recuerda que su progenitor nunca lo hizo a un lado, sino que lo involucró en el trabajo y en otras actividades. Ello le valió para aprender a desenvolverse con una nueva condición física, tanto así que en su juventud hasta jugaba de portero en los partidos de fútbol.


Su determinación para salir adelante, gracias al apoyo de sus padres, le ha permitido ayudar a otros a hacerlo. Prueba de ello es que por su taller han pasado muchos jóvenes aprendiendo el oficio; y otros tantos han sido sus operarios. “Actualmente, tengo dos trabajadores que me ayudan”, dice con orgullo.

Respecto a las personas que lo buscan por su trabajo, explica que “lógicamente quien no me conoce y me ve trabajando se admira y tienen sus dudas si puedo hacer bien las cosas; pero al ver mi destreza van teniendo confianza en mi trabajo”.

 Juan Antonio lleva 27 años de casado con  Maritza de López. Fruto de ese amor tienen ahora 2 hijas. Tanto ella como las dos jóvenes se involucran en el trabajo. 

Maritza lo apoya en el taller cuando los operarios no llegan; y sus hijas se encargan de recibir los pedidos e ir a entregarlos; así como también de la compra de los materiales.

¿Qué es la herrería?

Es el arte de forjar el metal hasta convertirlo en objetos. Para ello, el metal es calentado hasta que se vuelve al “rojo vivo” y luego se somete al proceso de forjado.


 La herrería es indispensable para la construcción de la infraestructura y para las decoraciones. Las herramientas principales que se utilizan para ejercer este oficio son la forja (para calentar el metal), el yunque (para colocar el metal caliente); las tenazas (para sostener el metal caliente); los moldes (para dar forma al metal), entre otros.