Parroquia alimenta a desamparados

Llevan 16 años realizando esta campaña.

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Son entre 30 y 40 personas las que a diario legan a la parroquia San Carlos Borromeo para recibir sus alimentos.

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04 January 2017

Durante los últimos 16 años, la parroquia San Carlos Borromeo es el sitio que ha calmado el hambre de muchos unionenses que no tienen trabajo, hogar o familia que les ampare o les brinde alimento.

Desde el año 2000,  la parroquia beneficia a ancianos y otras personas desamparadas, con un tiempo de comida brindado de lunes a sábado. 

El comedor es un área improvisada en el patio del templo, que por años, a la hora del almuerzo, alberga a los desamparados. Actualmente el comedor beneficia a entre 30 y 40 personas.

Quienes se encargan de sostenerlo, son los diferentes grupos de la parroquia, así como familias particulares que llevan la comida preparada.  

“A veces, cuando al que le correspondía el día de dar la comida se le olvida, nosotros lo que hacemos es de algún fondo mandamos a comprarlo porque en realidad hay ancianos que no tienen dónde ir a comer”, explicó el párroco Agustín Romero.

A los beneficiados se les extendió un carné de identificación para beneficiarlos, porque hay personas adultas que teniendo otras condiciones llegan a comer al lugar, explica e sacerdote.

Juan Francisco Granados, de 92 años de edad, es uno de los beneficiados.  Se dedica a la venta de ropa usada para sobrevivir y hay días que no gana ni un tan solo dólar, según comenta.

“Vengo todos los días almorzar porque a veces no tengo ni para comprar la cora de tortillas”, dijo.

Julia de Villatoro pertenece al movimiento de Encuentros Conyugales de la parroquia y dice que el día que les toca alimentar al necesitado, llevan preparado el almuerzo para compartir.

 “Nuestro grupo es de cinco parejas y entre nosotros hacemos los preparativos sopa de frijolitos con arroz, aguacate, queso y tortillas, es para compartir con los más necesitados”, dijo.

Rememoran que el esfuerzo  surgió al finalizar el mandato del ex presidente Armando Calderón Sol, en 1999, quién creó los comedores públicos.

La cabecera departamental fue uno de los municipios beneficiados durante los cinco años de su mandato y tras su salida del gobierno, esas personas que se beneficiaban quedaban a la deriva sin el sustento.

Por ello, en  2000 que el sacerdote Lorenzo Cruz, entonces encargado de la parroquia, tomó la iniciativa para continuar alimentándolos.  

El padre Romero explicó que el sacerdote Cruz retomó el proyecto porque había ancianos que no tenían donde comer y eso les motivó y contrataron a una empleada para la preparación de la comida mientras que la comunidad daba los víveres.

Invitó a quienes deseen apoyar esta campaña a acercarse a la parroquia.