Dos niños de 5 y 8 años resultaron lesionados en un juego inflable la mañana del pasado martes, minutos antes de que se llevara a cabo una fiesta infantil para los pequeños del Centro de Desarrollo Integral de la Iglesia Misión Cristiana “La Palabra que Cambia”, en el cantón El Coco, de Chalchuapa, en Santa Ana.
La directora del programa, Diana Lizeth Ardón, explicó que son 305 niños a los que les celebrarían, como todos los años, la fiesta de fin de año. Entre ellos estaban los dos pequeños.
Durante la actividad, todos recibirían un juguete, golosinas y podrían disfrutar de sano entretenimiento. Este año, habían contratado juegos inflables para darles algo diferente a los menores, que son en su mayoría niños de escasos recursos económicos.
Puede ver: Siete historias que han conmovido a miles de personas
“La fiesta estaba programada para las 9:00 de la mañana en la cancha del cantón, pero varios niños llegaron antes”, dijo Ardón. Entre ellos, los dos menores accidentados.
El pequeño Dennis Fabián, de 5 años, llegó en compañía de su tía; mientras que Kevin René, de 8 años, se escapó de su casa y llegó solo al lugar.
La ansiedad por jugar y un descuido se confabularon para que ambos se subieran a una de las estructuras inflables, pese a que los propietarios no habían dado aún la autorización para su utilización porque se encontraban terminando de instalarlos.
De hecho, el juego en el que los niños se subieron aún no estaba sujeto a nada; pero ellos desconocían el peligro e ingresaron a brincar.
Apenas habían pasado unos segundos cuando un fuerte viento levantó la estructura de plástico y los niños salieron volando, literalmente.
Vea: Conoce qué tienes que hacer y qué no en caso de quemaduras con pólvora
Fueron al menos cuatro metros de altura desde donde cayeron cuando el viento dejó de soplar, golpeándose la cabeza al caer al engramillado.
Kevin René perdió el conocimiento, aunque despertó de inmediato. Sin embargo, Dennis Fabián no abría sus ojos. Ambos fueron trasladados a la unidad de salud de la localidad, donde los refirieron de inmediato al hospital nacional de Chalchuapa.
Ahí, Kevin René quedó ingresado en observación; y Dennis Fabián fue remitido al hospital nacional de niños Benjamín Bloom, en San Salvador, donde aún permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Su madre, Jeaneth del Rosario Martínez, explicó que los médicos le han dicho que el pequeño tiene una inflamación en el cerebro. Sin embargo, el jueves por la tarde cuando ella llegó a la hora de la visita, ya le habían quitado el tubo que le ayudaba a respirar.
“Me dijeron que ya no era necesario porque ya podía respirar solito”, dijo la angustiada madre. Pero mientras los médicos logran controlar la inflamación en el cerebro, el niño aún permanece conectado y con sedantes.
La madre de Dennis Fabián explicó que su prima, Ana Ruth Morán, fue quien llevó al niño a la fiesta, puesto que ella y su esposo se habían ido a cortar a una finca ubicada en las faldas del volcán El Chingo, trabajo que les permite ganar el dinero necesario para que en su casa no falten las tortillas y los frijoles, dijo.
Para ellos no era extraño que Ana Ruth cuidara del pequeño, ya que cuando ellos trabajan es ella quien se queda a cargo del niño de 5 años y de sus dos hermanos, de 8 y 13 años.
Ella los ha visto crecer a los tres, contó. La situación impactó tanto a Ana Ruth, que se desmayó al ver a los niños en el suelo.
También: “Si los niños no pueden llegar a Santa, Santa puede llegar a ellos”
Cuando volvió en sí, ya los menores habían sido auxiliados. Ella explicó que pese a sus reiterados llamados de atención que hizo al menor, este no le hizo caso y salió corriendo hacia el juego inflable.
La madre del otro niño golpeado es Delmy Fermina Lima, quien explicó que ella llevaría a sus hijos a la fiesta, pero después de lavar la ropa. Aunque reconoce lo inquieto que es su niño cuando quiere algo que le gusta y ese día no fue la excepción.
“Ese día se levantó a las 6:00 de la mañana y quería que nos fuéramos temprano, pero yo tenía que lavar”, aseguró. Sin embargo, en un descuido de ella, el menor se fue hasta la cancha.
Hoy, el pequeño de 8 años solo recuerda cuando “flotó” en el aire y luego cayó al suelo. Pero aún llora cuando recuerda la noche que tuvo que pasar en el hospital bajo observación médica y con suero en su brazo izquierdo.