"Ella sonrió cuando escuchó por primera vez"

María José nació con sordera severa y fue implantada de cuatro años de edad

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María pertenece al elenco de teatro de la Asociación de padres de Implantes coclear El Salvador

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17 December 2016

Ojos grandes y expresivos destacaban entre los colochos definidos que salían de la capa roja que cubría la cabeza de María. Un delantal blanco cubría el vestido rojo que utilizaba, las medias blancas hacían juego con el vestido. La vestimenta no era casualidad. Ella interpretaba el personaje de la Caperucita Roja. 

¿Qué orejas tan grandes tienes?, preguntó María.    

- Son para escucharte mejor, respondió su compañero.

María tiene 12 año. Nació con sordera profunda congénita. A los cuatro años de edad recibió un implante coclear en Barcelona, España en 2008. 

Karen Genovez, madre de la menor, aseguró que se dio cuenta del padecimiento de la niña cuando ella tenía ocho meses de edad.

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A esa edad, María empezó a recibir terapias de lenguaje para aprender a leer los labios, por ello a pesar de no escuchar podía articular algunas palabras. No obstante, no podía asociar o dar significado a las palabras porque no las escuchaba.

El 6 de noviembre de 2008, María fue operada. El implante que recibió fue donado por la Fundación García Ibáñez, por lo que viajaron a España. Todos los gastos corrieron a cargo de la fundación.

Un mes después María sonrió cuando escuchar a la terapeuta pedirle que dijera mamá”, relató Karen. 

Después de ese día las terapias siguieron, el objetivo era que la menor aprendiera a reconocer sonidos y asociar lo que escuchaba con los significados para poder articular las palabras.

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“A un principio ella balbuceaba, igual a como lo hace un recién nacido cuando está aprendiendo a hablar. El procedimiento con los niños implantados es el mismo”, explicó Karen. 

Aseguró que su hija se caracteriza por las ganas de vivir, relacionarse con el mundo y sobre todo de aprendizaje, lo cual le impulsa a seguir adelante. 

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“El proceso es de 24/7 porque cuando los niños se quitan el aparato, ellos siguen sin escuchar, pero aprenden a leer los labios y pueden seguirse comunicándose”, explicó Karen.

En la actualidad María  cursa el quinto grado, según su madre ella es una niña que se desenvuelve con normalidad en cualquier entorno y con otras personas.

 Ejemplo de ello es su participación en el elenco de teatro de la Asociación de padres de implante coclear de El Salvador.