"Jamas me imagine ser yo quien lo rescatara"... con esa frase Rocío de Cortés cuenta su historia de heroína anónima que comenzó en las redes sociales.
Seis meses atrás elsalvador.com publicó una serie de fotografías que mostraban a un perro desnutrido y en malas condiciones de salud; la secuencia fotográfica del perro, que sería bautizado como Rayito posteriormente, termina en el gesto de bondad de un policía, el cual le extiende su mano y le da un pan.Probablemente esa fue la primera comida que Rayito tuvo ese día, o la única que tuvo luego de varios días de hambre.
Pero siempre existen las almas caritativas. Rocío de Cortés de 37 años, siempre ha tenido un gran aprecio por los animales, debido a eso, una amiga de ella, que también vio la serie de fotografías, la contactó para comentarle que el perro estaba cerca del penal de Mariona. Ella sin pensarlo lo fue a buscar y lo alimentó.
Con el paso de las horas la imagen del desahuciado can seguían en la mente de Rocío y ese mismo día, se decidió a ir a buscarlo y hacerse cargo del animal. Ella afirma que Rayito no se encontraba donde lo vio en la mañana y tras algunas averiguaciones, habitantes del lugar le indicaron que se encontraba en una colonia de Mariona.
“La persona que me dio transporte no quiso entrar a esa colonia”, pues la persona midió las condiciones de seguridad del lugar, sin embargo Rocío estaba determinada a encontrar al perro y tras encontrarlo notó de primera mano las condiciones deplorables de salud del animal.
Tras ese primer encuentro Rocío internó a Rayito en una clínica veterinaria. “Cada vez que lo llegaba a ver se ponía feliz y movía su colita y le llevaba comida, aunque me regañara la veterinaria”, cuenta Rocío entre risas.
A pesar que el perro comenzó a recuperarse, su edad le dificulto la recuperación, y tras un mes en la veterinaria el can falleció. “Me llamaron de la veterinaria para decirme que estaba en las últimas y fue así como yo llegue, atravesé la puerta y cuando me vio dio su último suspiro, así como despidiéndose”, comentó Rocío, al hacer remembranza del último recuerdo de Rayito.
Su labor caritativa con los animales no solo se ha limitado al rescate de Rayito, ella también colabora en el refugio animal “Ángeles Sin Voz”, ubicado en el municipio de Santiago Nonualco, departamento de La Paz. Su amor por los caninos la motiva a ir dos veces por semana al refugio para jugar y cuidar de ellos.
Tras la muerte de Rayito, Rocío habló con las dueñas del refugio y le permitieron enterrarlo en el lugar. Actualmente tiene 7 perras en su hogar, las cuales ha rescatado de las calles para darles una vida mejor.