Gerónimo Morales, de 55 años, salió muy temprano de su casa en la colonia Escalante del cantón Ateos, en Sacacoyo. Quería vender rápido la leche para regresar lo más pronto posible a su casa en la que lo esperaría la más pequeña de sus hijas para ir a la iglesia donde ella haría la primera comunión.
Pero la violencia truncó los planes de Gerónimo y su niña.
Al hombre lo mataron a eso de las 6:00 de la mañana de ayer, cuando recién comenzaba a vender la leche de sus 15 cabras. Su hija recibió la triste noticia en el momento en que se vestía de blanco para estar lista para ir a la iglesia.
Agricultor, albañil...
Gerónimo además de criar cabras para vender leche, era agricultor, albañil, buen vecino y estaba a criando solo a sus tres hijos, todos menores de edad, pues su esposa se fue para Estados Unidos hace más de tres años con la idea de hacer prosperar a la familia.
Ayer, en cuanto finalizara el acto religioso de su hija, Gerónimo se iría a hacer un trabajo de albañilería para el que lo habían contratado.
Gerónimo deja tres hijos huérfanos. Ayer, una tía materna dijo que se los llevaría a vivir con ella pues no podían continuar solos en el vecindario. El mayor de los muchachos tiene 17 años.
Rebaño abandonado
Ayer, la tía de los hijos de Gerónimo dijo que se llevaría a los adolescentes. Atrás quedarían abandonadas las cabras en un pequeño redil que el hombre había construido a pocos pasos de su casa, donde también tenía un cultivo de tomates.
Gerónimo era un buen vecino. Eso dijeron algunos adultos que dijeron conocerlo muy bien. Ellos contaron que la víctima había comenzado con el negocio de la leche de cabra desde hace poco más de un año cuando se vio obligado a comprar una cabra para alimentar a una de sus hijas que padecía una enfermedad.
Cuando su hija se recuperó, Gerónimo comenzó a vender la leche de la cabra. Vio que era rentable y compró otras.
Todas las mañanas se levantaba antes de las 5:00 de la mañana para ordeñarlas. Luego embolsaba la leche y se iba a venderla por todo el vecindario a bordo de una bicicleta.
El asesinato de Gerónimo causó asombro entre vecinos de la colonia Escalante, pues lo consideraban como un buen vecino, un buen padre y un gran trabajador.