Dos adolescentes miembros de la pandilla 18, Sureños, fueron condenados este viernes a cinco años de internamiento cada uno, por estar involucrados en el desplazamiento forzado de unas 25 familias residentes en el municipio de Caluco, Sonsonate, informó la Fiscalía.
Según la fuente, "los jóvenes, junto con otros pandilleros de la 18, atemorizaban a la población del municipio de Caluco, a quienes los amenazaban de muerte para mantenerlos sometidos, situación que provocó que los ciudadanos se vieran obligados a abandonar sus viviendas y propiedades".
Agregó que los sentenciados fueron capturados el pasado 20 de septiembre de 2016, "gracias a la denuncia de varios pobladores y al testimonio de un testigo que identificó a los pandilleros".
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Los condenados fueron identificados como Carlos N., alias "Chele o Gatillo", de 16 años de edad, y Leticia N., alias "Mónica", de 17 años.
Por ese mismo caso, ocurrido el pasado septiembre, las autoridades han reportado la captura de 76 pandilleros implicados en los desplazamientos, incluyendo estos dos adolescentes.
El 15 de septiembre pasado 25 familias abandonaron sus casas por temor a las pandillas. El éxodo ocurrió dos días después de que fuera asesinado un sexagenario en la zona.
Un estudio publicado a inicios de agosto por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) da cuenta de que esta institución recibió, entre 2014 y el primer trimestre de 2016, un total 236 casos por desplazamientos que acumulan 427 víctimas.
En el 86.6 % de las ocasiones, los desplazamientos fueron propiciados por las "amenazas, homicidio de un familiar o reclutamiento forzoso" de las pandillas.
El número de personas que ha tenido que huir de sus hogares en El Salvador, Guatemala y Honduras se multiplicó por cinco entre 2012 y 2015, hasta 109,800 personas, alertó en junio pasado la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados