Marvin Henríquez tenía 16 años y estaba por graduarse de noveno grado, pero la tarde del viernes fue asesinado cuando circulaba en su bicicleta por la colonia San Juan Bosco, de Usulután.
Él recién había salido del Centro Escolar El Trillo (a donde llegó a realizar los últimos preparativos para su graduación) cuando le dispararon desde un vehículo.
Más temprano, Joel Alexander, de 13 años, fue hallado muerto en el cantón El Rosario, de Tonacatepeque.
Tenía dos heridas de bala en la cabeza. Su padrastro y hermana dijeron que ya veían venir la desgracia, pues el adolescente desde hace mucho tiempo consumía drogas y tomaba bebidas embriagantes. Sumado a eso, al igual que su madre, padecía trastornos psiquiátricos.
A principios de año fue recluido en un centro de resguardo, de donde su padre lo sacó, según sus parientes. Pese a que tenía que estar a su cuidado no podían controlarlo, pues se escapaba de casa por varios días.
Eso fue lo que ocurrió el jueves, cuando dijo que iba a pedir limosna y se subió a un bus. Nadie supo más de él, pero al igual que otras veces esperaban que regresara. Sin embargo, fueron las autoridades quienes les avisaron que Joel había sido asesinado.