Renato, el profesor ahuachapaneco con el que todos los alumnos quieren recibir clases

La iniciativa se originó en 1988 cuando comenzó a trabajar en una escuela del cantón La Esperanza, en Atiquizaya. 

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"El grado que me toque cada año

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31 October 2016

Los alumnos del Centro Escolar Isidro Menéndez, de Ahuachapán, están a la expectativa de qué docente les impartirán clases cada año lectivo.

Saben que si les corresponde el profesor Pedro Renato Hernández Rincán, de 57 años, tendrán una doble ganancia ya que no solo aprenderán lo que exige el Ministerio de Educación; sino que también música.

El maestro forma cada año un grupo musical. Los integrantes son los alumnos del grado que le asignan.

Son 18 grupos los que ha formado en la escuela desde que comenzó a impartir clases en esta, en 1993.

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Sin embargo, la iniciativa se originó en 1988 cuando comenzó a trabajar en una escuela del cantón La Esperanza, en Atiquizaya.

En el lugar no había ningún entretenimiento para los niños por lo que llevó un par de guitarras viejas de su propiedad y algunas flautas. Con trozos de madera elaboró unos tambores.

Con esos instrumentos formó el primer grupo que estuvo integrado por ocho niños que cursaban cuarto grado.

Cuando cumplió cinco años de laborar en esta escuela solicitó el traslado, siendo recibido en la institución de la cabecera departamental.

Desde entonces mantiene esta iniciativa que, incluso, el 15 de septiembre, permite que el grupo encabece a la institución durante el desfile.

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También han sido invitados para presentarse en diferentes actos. Actualmente son 33 estudiantes de segundo grado sección B los que integran el grupo. Ocho alumnos que cursan octavo grado se han integrado al grupo. Ellos recibieron clases con el docente hace dos años.

El grupo tiene un repertorio de 12 canciones Latinoamericanas, entre ellas, Baila Negra, El Cóndor Pasa, Moliendo Café, y La Traviesa.


“El niño se entusiasma con lo que yo le quiero enseñar, musicalmente hablando, y se siente embriagado de la música”, relata el docente.

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Los jóvenes aprenden a tocar guitarra, tambor, zampoña, charango, y güiro. Algunos  de estos son propiedad de la escuela y otros del maestro, forjador de nuevos talentos del arte de la música.

Hernández Rincán combina la carga académica con la enseñanza de música. Esto representa un sacrificio que hace en conjunto con los alumnos, ya que ensayan durante los 30 minutos que dura el recreo de todos los días.?