Con el rostro cubierto con un gorro navarone fue llevado ayer al Juzgado de paz de La Libertad, el capitán Lisandro Moisés Chávez Vigil, quien es acusado del delito de fraude procesal (ocultar evidencias de un delito).
Por largo rato, el imputado y los policías permanecieron dentro de un auto con vidrios polarizados. Cuando por fin lo sacaron del carro para presentarlo al juez, un grupo de periodistas le dejaron ir una andanada de preguntas: que a quién estaba asignada la camioneta, qué si cumplía órdenes , por supuesto, qué si sabía de qué lo estaban acusando.
Al tiempo que los tres encapuchados se habrían paso entre la barricada de periodistas, se escuchó una pregunta más: ¿qué tiene que decir en su defensa?
El capitán sólo dejó ir seis palabras: “que no estuve en el lugar”. Nada más. Y entró a las oficinas judiciales.
Recién ascendido
Chávez Vigil es un joven capitán de 32 años, nacido en una zona rural del departamento de Santa Ana. Actualmente ocupa el cargo de jefe de personal del Estado Mayor Presidencial, la unidad militar encargada de cuidar al presidente y vicepresidente de la República y a la familia de éstos.
En agosto del 2014 fue condecorado con la medalla “Laurel Dorado”, tras haber participado en el ejercicio militar “Tropas comando 2014”, efectuado la última semana de julio de 2014.
A esa actividad asisten tropas de fuerzas especiales que son seleccionadas por las Fuerzas Armadas de los países que participan en ese evento que se realiza cada año.
A la fecha que recibió esa condecoración, Chávez Vigil a era teniente, pero ese grado lo dejó el pasado 5 de mayo, según publicación de el Diario Oficial, en el que consta su ascenso al grado de capitán de infantería. El primero de su clase, según la nómina.
Capturado tras cuidar al presidente en San Miguel
Ayer, fuentes de la Fiscalía indicaron que el capitán Chávez Vigil fue capturado el pasado miércoles, cuando regresaban de San Miguel, donde el presidente Salvador Sánchez Cerén había asistido a entregar escrituras de propiedad a 179 familias de ese municipio que han construido sus viviendas en terrenos donde pasaba el ferrocarril.
Ayer, tras ser presentado ante el juez de paz de La Libertad, el oficial salió sin grilletes en sus manos, escoltados ya no por detectives, si no por dos policías, un hombre y una mujer de Tránsito Terrestre.