Las circunstancias en las que dos miembros de la Policía Nacional Civil fueron ultimados a balazos, el viernes, en Ahuachapán, no están claras.
Esa noche, fuentes policiales informaron que a los agentes Óscar Rafael Aguilar y Rafael Antonio Mulato los habían matado unos pandilleros que los emboscaron cerca del puente Quiñónez, en el cantón Los Huatales, en el municipio de Tacuba.
En la escena murió Aguilar y su colega perdió la vida mientras recibía asistencia médica en un hospital. Ambos trabajaban en la Subdirección de Inteligencia Policial, en San Salvador, y esa noche estaban de licencia.
Sin embargo, este sábado, el ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, y delegados de la Fiscalía General confirmaron que hay dos hipótesis sobre el hecho.
El Ministerio Público informó que los dos policías estaban en una vivienda del cantón Los Huatales tomando bebidas embriagantes, en compañía de otras personas, cuando habrían sido ultimados por pandilleros de la zona.
La otra versión es que los agentes, bajo los efectos del alcohol, tuvieron una discusión y finalmente se lesionaron de bala entre ellos.
Para esclarecer estas muertes violentas, la Unidad de Homicidios de la Fiscalía ordenó realizar pruebas de balística para determinar si las armas que portaban los policías fueron usadas en el hecho y si se atacaron entre si.
Ramírez Landaverde señaló que se están indagando ambas versiones, aunque agregó que hay antecedentes que les hacen concluir que entre Aguilar y Mulato hubo un problema. No reveló motivos.
El funcionario aclaró que ellos eran los únicos dos policías que estaban departiendo con el grupo; los demás eran familiares y amigos.
“Lamentablemente todos los sobrevivientes estaban en estado de ebriedad y eso le ha restado efectividad a la participación de ellos en la investigación...Estaban ingiriendo bebidas alcohólicas y ese factor seguramente influyó en los hechos y las consecuencias de estos”, sostuvo Ramírez Landaverde.
Extraoficialmente se supo por una fuente policial que, meses atrás, Aguilar y Mulato laboraban juntos en otra unidad y desde entonces uno de ellos acusaba al otro de haberle hurtado unas prendas.
La noche del viernes, señaló el informante, los policías habrían discutido por lo mismo. Fue así que uno de ellos habría herido de bala a su colega. Un pariente del lesionado que departía con ellos intentó defenderlo y le asestó varios disparos al atacante.