Fallece Monseñor Óscar Barahona, obispo emérito de San Vicente

Fundó la congregación de las Hermanas de Nazaret y los Hermanos misioneros de Jesús. El martes por la mañana habrá una misa de cuerpo presente en la catedral de San Vicente. 

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La muerte del obispo emérito de San Vicente

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22 October 2016

Monseñor José Óscar Barahona Castillo, obispo emérito de San Vicente, falleció ayer a la 1:30 de la madrugada después de sufrir una larga enfermedad que lo obligó retirarse de sus funciones en el 2005, a sus 63 años.

Desde ayer está siendo velado en la Congregación de las Hermanas de Nazaret, en Santo Domingo, San Vicente; orden de religiosas fundada por el obispo en 1983, lugar donde permaneció  desde su retiro.

El lunes será llevado a la catedral de San Vicente, donde permanecerá hasta el martes, para celebrar una misa de cuerpo presente a las 10:00 a.m. y a la que esperan asista el Nuncio Apostólico, además de los obispos de varias diócesis del país y la región.

Luego, al finalizar la eucaristía, será trasladado a Santo Domingo, al convento de las Hermanas de Nazaret, para sepultar sus restos, dijo el Padre Mauricio Merino, párroco de la iglesia de San Vicente.

Ayer, a la misa de cuerpo presente, asistió el obispo vicentino monseñor Elías Rauda, quien dijo que el fallecido obispo emérito fue un hombre humilde, “un pastor con olor de oveja” citando una frase del Papa Francisco.

“Nos llamó la atención que lo sacaron del hospital y lo trajeron en agonía. Era impactante la escena, en la que encontramos a todas las hermanas de la congregación de rodillas, encomendándolo al Señor. Tuve la dicha de acompañarlo en esos últimos instantes”, comentó monseñor Rauda. 

A la eucaristía también asistieron las hermanas de la congregación y familiares del obispo emérito.

Madre Genoveva Henríquez, directora de la congregación de las Hermanas de Nazaret, explicó que para todas las hermanas fue un momento difícil el verlo en su agonía y sufrimiento en la enfermedad, ya que es su padre fundador.

“Sentimos mucho que el Señor se lo haya llevado a la eternidad, pero nos llena de alegría que él haya dejado de sufrir por su enfermedad y ahora está gozando de esos amores que él tanto quería en esta tierra que era la Virgen María y Santa Teresita”, agregó la religiosa.

Samuel Orellana, sacerdote de la diócesis de San Vicente, dijo que “nosotros como diócesis de San Vicente sentimos mucho la ausencia de nuestro amado obispo, al mismo tiempo que agradecemos al Señor por habernos dado un hombre ejemplar. El fallecimiento de monseñor Barahona, para nosotros, es el momento de reconocer las virtudes y aquellos sabios consejos que siempre nos dio”.


Su obra

Durante los más de 50 años de trabajo sacerdotal, monseñor Óscar Barahona realizó diferentes obras, entre ellas la ordenación de 60 sacerdotes, la creación de nueve parroquias y la construcción del edifico del seminario Pío XII, que pasó a ser  casa de religiosos.

La fundación de la Congregación Hermanas de Nazaret, el 27 de diciembre de 1983, fue una de sus grandes obras, cuya finalidad es cuidar de los enfermos y trabajar con diferentes pastorales de las comunidades; además de la fundación de los Hermanos Misioneros de Jesús de Nazaret.

También hizo la recopilación de información para crear los actuales libros de alabanzas católicas y catequesis con la que las iglesias preparan a los niños para la primera comunión y confirmación.

Desde 1963, año en que fue ordenado como sacerdote, el obispo Barahona se destacó por continuar con el trabajo junto a la feligresía; y desde 1977 hasta 1982, fue profesor de Sagrada Escritura y miembro del equipo formador del Seminario San José de la Montaña, de San Salvador.

En 6 de junio de 1983 fue nombrado obispo auxiliar y tomó posesión de la diócesis el 16 de junio de 1983.