Taxista murió en un hecho confuso durante persecución policial

Balacera fue hace 10 días en Sacacoyo, La Libertad. PNC lo vinculó a pandilla, allegados del joven sostienen que han "manchado su imagen"

descripción de la imagen

 La madre de Ricardo muestra la foto del día en que fue bautizado.

Por

20 October 2016

Entre los familiares y amigos de Ricardo Núñez Beltrán hay tristeza e indignación. Hace 10 días, él murió en medio de  un enfrentamiento entre policías y pandilleros en el cantón Ateos, de Sacacoyo, La Libertad.

Vea la galería de imágenes donde la familia del joven muestra como era Ricardo en su vida diaria

Cerca de las 11:00 de la noche, parientes y compañeros de Ricardo -un veinteañero que distribuía su tiempo entre sus estudios de bachillerato y su trabajo como taxista- llegaron a la escena del homicidio en busca de respuestas.

Lo primero que oyeron de boca de un policía fue que Núñez era pandillero, que estaba en la lista de los 100 más buscados y que murió  en un enfrentamiento con policías, tras cometer un robo junto con varios delincuentes.

La congoja que en ese momento sentían los parientes y compañeros de trabajo del joven, quien tenía unos seis meses de laborar como taxista, se transformó en ira.

Sus allegados negaron esa versión y le aseguraron al agente que si verificaba en los registros de la Policía se daría cuenta de que Ricardo no tenía historial delictivo.

Al consultar el sitio web policial, el nombre del joven no aparece en el listado de los delincuentes más buscados. La Fiscalía General tampoco reportó ese homicidio en su cuenta de Twitter como suele hacerlo con pandilleros y otras víctimas.

“Han manchado la imagen de mi hijo y queremos que se limpie su nombre. Él no era delincuente, tampoco estaba tatuado como dijo el policía...Era trabajador y dirigía un grupo en la iglesia”,  expresó  su madre mientras mostraba la solvencia de antecedentes penales del joven.

Los allegados  de la víctima opinaron que la Policía hizo uso excesivo de fuerza y se apresuró a tildar a Ricardo como delincuente, como ya ha ocurrido en otros casos.

“Si era una persecución por qué no le dispararon a las llantas para que el carro se detuviera. Cómo es que él murió y los hombres salieron ilesos”, se cuestionó otra  pariente del taxista.

La noche que fue registrado el hecho, un delegado de la Corporación declaró que dos personas alertaron a la Policía de que en el centro de Lourdes, en Colón, unos pandilleros les habían robado y  huido en un carro negro.

Los agentes ubicaron el auto en el mismo municipio e iniciaron la persecución. En el trayecto, dijo la fuente, los policías y delincuentes se enfrentaron a balazos.

El operativo terminó cuando el conductor del carro chocó contra un poste frente a la subdelegación de Ateos. 

Ricardo murió y los tres hombres que iban con él en fueron arrestados. La Policía dijo que eran integrantes de la pandilla 18.

Ellos fueron identificados como José Marín Brizuela, de 18 años; Kevin  Rodríguez Martínez, de 19, y  Kevin Flores González, de 21. Dentro del auto fue hallada un arma de fuego y las pertenencias de las personas a las que habían asaltado, informó la Policía.

Pandilleros llamaron pidiendo un servicio

Los colegas de Núñez aseguraron que esa noche él estaba en el punto de taxis recibiendo las llamadas de quienes solicitaban sus servicios.

Como a las 9:00 de la noche, hubo dos peticiones. Ricardo  iría por uno de los clientes y un colega recogería al otro. 

“Ya voy a regresar, voy para Villa (Lourdes)”, fue lo que el joven les dijo a sus compañeros antes de partir hacia la dirección donde fue citado.

El jefe del taxista relató que cuando salen a hacer un viaje tienen por costumbre reportarse cada cierto tiempo para revelar cuál es su ubicación.

Unos 20 minutos después de que Ricardo salió de la base le hablaron al radio y no respondió. Esperaron un rato e intentaron de nuevo; también llamaron a su celular pero todo fue en vano.

Mientras los compañeros de Ricardo comentaban que era  extraño que él no les respondiera, empleados de una funeraria llegaron a avisarles que un carro con el logo de la empresa estaba en la escena de una balacera y que el motorista estaba muerto.

Los taxistas se movieron al lugar: el vehículo estaba detenido en un poste, a unos 10 metros de la subdelegación policial de Ateos. 

Ellos presumen que Ricardo chocó a propósito frente a la sede policial para llamar la atención de los agentes y librarse de los delincuentes. 

Desde que Ricardo era adolescente dio muestras de ser emprendedor. Aprendió  el oficio de mecánica automotriz y antes de ser taxista trabajó en un restaurante de comida rápida.

Sus familiares relataron que renunció a este empleo porque quería comprar un carro y ya había estimado que trabajando transportando gente tendría mayores ingresos.

Impulsado por su madre, quien le pidió que no dejara sus estudios, los fines de semana el joven cursaba el bachillerato a Distancia en Santa Tecla. Este año se iba a graduar y luego estudiaría Comunicaciones.

La víctima y su familia se congregaban en una iglesia de las Asambleas de Dios. Por su perseverancia  y sus cualidades, desde hace dos años le encomendaron a él y a otros jóvenes dirigir un grupo de niños, dijo el pastor de la iglesia.

“Era un muchacho bien dedicado al ministerio, había pasado un tiempo de preparación y se había bautizado...se daba a querer mucho con los niños y era muy habilidoso en el fútbol”, recordó el líder de la iglesia.