Drenajes de las cabeceras del país, sin vida útil

En las 14 cabeceras departamentales de El Salvador, la vida de los drenajes ya terminó, la mayor parte de ellos fueron construido a finales de los años 50, su renovación implica un millonario gasto y para lo cual no hay dinero.

descripción de la imagen
Lluvias

Por

15 October 2016

En el interior del país la situación de las obras de paso es igual que en el Gran San Salvador, según dijo el presidente de la Asociación Salvadoreña de Ingenieros y Arquitectos (ASIA),  Juan Guillermo Bolaños.

Para Bolaños la situación es grave y dice: “nuestras ciudades se están hundiendo, tenemos una bomba de tiempo en las 14 cabeceras departamentales y las ciudades importantes; no damos mantenimiento y no hay nadie pensando en eso”.

Agregó que en los próximos años solo se estarán atendiendo las emergencias que generen los hundimientos y se irán cambiando los tramos que resulten afectados, como fue el caso de la parte que se hundió de la bóveda de la Tutunichapa, frente a  Sertracen.

Para el ingeniero, la atención que se dará a los colapsos de bóvedas y alcantarillados, se hará “de forma parchera, vamos a reparar pedacitos”, aseguró.

El viceministro de Obras Públicas, Eliu Ayala,  dijo que actualmente tienen 4.8 millones de dólares para atender problemas en bóvedas, y nada más.

El dinero proviene de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de dos millones de dólares, medio millón más del Fovial y 1.3 millones de dólares que ha destinado el Fondo de Protección Civil, Prevención y Mitigación de Desastres (Fopromid).

Umaña opinó que todas las obras de paso, como las bóvedas, deben de tener una sostenibilidad en el tiempo y se les debe de asignar un presupuesto para atenderlas.

Pero el problema es que “en un país pobre (como El Salvador) el dinero nunca alcanza, hay tantas emergencias que lo importante lo abandonamos y no se sistematiza nada; hace falta entender cómo es que se administra”, expresó. Por el momento, lo que tiene el MOP para atender las urgencias es poco dinero y mucha voluntad de gestión.