Policía registra 492 tiroteos con pandilleros

En la zona Oriental y Paracentral de El Salvador es donde se dan con más frecuencia estos ataques, según las autoridades

descripción de la imagen

Archivo / Referencia

Por

15 October 2016

Hasta el 12 de octubre, 451 pandilleros han muerto en tiroteos con la Policía y el Ejército, según informes de la corporación.

El director de la PNC, Howard Cotto, dijo que los enfrentamientos entre pandillas y autoridades se han incrementado en 93 casos.

De acuerdo con la Policía, hasta el 15 de octubre se han registrado más de 492 balaceras en diferentes partes de El Salvador. La cifra se traduce en casi dos tiroteos por día.

Los datos de muertos se aproxima a la de las refriegas: entre uno y dos personas muertas por cada hecho. Sin embargo, ha habido ataques armados en que han muerto cinco y hasta ocho hombres.

La Procuraduría de Derechos Humanos investiga si realmente todos han sido enfrentamientos o no.

La procuradora, Raquel Caballero de Guevara, afirmó que tienen 33 expedientes abiertos y 41 casos investigados desde 2013 a octubre de 2016 por violación a derechos humanos de las autoridades contra supuestos pandilleros “en enfrentamientos”.

“La violencia en el país es grave, por eso al principio yo estaba acompañando los esfuerzos del Consejo de Seguridad en la implementación de las medidas extraordinarias”, detalló. Sin embargo, afirmó que debe haber equilibrio para no volver al pasado con ejecuciones extra legales y garantizar el derecho a la vida de las personas. 

Enfatizó que se debe dar un combate firme a la delincuencia sin causar muertes arbitrarias, ni violentar los derechos humanos, explicó.

 Caballero abogó por un plan de nación en el combate a la delincuencia pero también  emparejado a políticas de prevención así como fomentar una cultura de respeto a los derechos humanos.

Uno de los enfrentamientos que más alarmó a la población se registran en Santa Cruz Michapa el 12 de abril; donde seis supuestos pandilleros fueron abatidos a tiros y dos agentes policiales murieron en cumplimiento de su deber. Tres agente resultaron lesionados como producto de la refriega.

Después de 24 años de finalizado el conflicto armado en el país, este ha sido uno de los ataques sin precedentes por su duración.  El tiroteo se produjo  en el caserío La Rinconada, cantón Michapita, en Santa Cruz Michapa donde las armas de las autoridades y los delincuentes no dejaron de detonar por casi una hora. El resultado: cuatro hombres y dos mujeres muertos. En la escena había un fusil, una escopeta y una pistola junto a algunos de los muertos.

Origen de la balacera

Autoridades afirmaron que todo comenzó con una investigación que policías vestidos de civil junto a un pandillero con beneficios penales habían llegado a la zona para localizar a sujetos para quienes habían órdenes de captura por homicidio y extorsiones.

En esa misión se encontraban cuando se acercaron a una vivienda en la que había 10 sujetos armados, quienes de inmediato abrieron fuego contra los investigadores.

En su oportunidad, el director de la PNC afirmó que a lo mejor el grupo de sujetos al parecer planificaba delitos.

Este hecho habría sido el detonante para que días después el vicepresidente Oscar Ortiz en reunión  con altos mandos de la Policía y el Fiscal anunciaron el refuerzo de las Fuerzas Especiales de Reacción y la Fuerza de Intervención y Reacción; integradas por policías y soldados. 

El objetivo: “garantizar golpes a cabecillas y estructuras criminales”.

A las fuerzas especiales se sumarían las medidas extraordinarias en los penales con miras a desarticular e incomunicar a los cabecillas en prisión con sus compinches en comunidades y colonias del país.

Pero el ataque del 12 de abril no fue el único en Santa Cruz Michapa y en todo Cuscatlán; un mes antes (el 21 de marzo) se dio otra balacera en ese mismo municipio donde murieron cinco supuestos mareros.

Aumentan los enfrentamientos

El director de la Policía sostuvo que “los intercambios de disparos se habían incrementado este año”

El inspector, Jaime Palma, jefe de la delegación de Mejicanos dijo que “ellos (pandilleros) van perdiendo terreno, porque en cada enfrentamiento mueren de tres o cinco miembros; mientras en caso nuestro, de 12 a 15 tiroteos,  hay un lesionado y de 25 a 30 balaceras, un policía muerto”.

Como cambio en el método de ataque estimó que las pandillas han evolucionado en el uso de armas de grueso calibre -algunas veces de uso privativo de la Fuerza Armada-, que no se sabe cómo las obtienen.

No descarta que para el uso de este tipo de arma se requiere de adiestramiento especial “no cualquiera puede hacer uso de armas de grueso calibre, son adiestrados por sujetos con conocimiento, sin precisar si son militares o paramilitares”.  No descarta que para el entrenamiento de pandilleros estos grupos podrían  haber traído del exterior a un  experto con ese propósito.

Pero en la mayoría de enfrentamientos armados entre policías y pandilleros, “les hemos causamos las suficientes bajas para neutralizarlos”.

Desde fines de diciembre de 2015 a esta fecha, la mayoría de enfrentamientos se han dado en las zonas rurales de oriente del país, así como en San Vicente, Zacatecoluca y Usulután.

Los mareros se han refugiado  en zonas rurales y en montañas a partir de las medidas extraordinarias del Gobierno.

Pese a la incidencia de enfrentamientos, todavía no se han encontrado lugares de adiestramiento o polígonos para entrenamiento, solo refugios donde descansan o duermen, afirmó Palma.

“A veces de cuatro a cinco sujetos se toman el atrevimiento, -dice Palma, de atacar a la Policía con tan mala suerte que en su intento han perecido”.

El mensaje para estos grupos en su intento de enfrentar con la Policía ha sido de que el modus operandi no les está dando resultado.

Son atrevidos

El jefe de la delegación de San Miguel, Gersan Pérez, coincidió con Palma en el sentido de  que las pandillas han “evolucionado en su atrevimiento contra la autoridad”.

El comisionado Pérez detalló que hasta hace poco, las pandillas atacaban en grupos de tres o cinco miembros pero solo uno llevaba arma; ahora todos van armados.

La diferencia la marca el conocimiento y la formación que ellos no tienen comparada con la Policía.

Explicó que las maras empezaron con piedras, armas artesanales, machetes, cuchillos y hasta hace poco con revólveres, pero en los últimos años,  se han armado de fusiles de asalto como AK-47 y M-16;   M60 y granadas, entre otros.

Solo que de poseerlas a saberlas usar hay una gran diferencia, pues en los enfrentamientos se han  encontrado con casos en que por disparar lo que hacen es quitarle los cargadores a los fusiles, dice el comisionado Pérez.

El oriente del país es una de las zonas de mayor enfrentamiento, se han registrado más de 89,  en los cuales han muerto más de 20 sujetos. “En los enfrentamientos, los pandilleros no están preparados para un combate frontal, no están adiestrados pero tienen las armas”, afirmó.

El adiestramiento no es una charla es formación constante y permanente, es todo un proceso de vida como sucede con la formación policial que  pasa por una academia y pruebas de polígono.

“En los tiroteos se rinden, los pandilleros se entregan con todo y armas, pero cuando son cabecillas o líderes llegan a las últimas consecuencias, porque tienen seguridad y es cuando hay muertos”, afirmó el jefe policial.

Las balaceras se dan en campos o espacios libres pues huyen para no ser capturados tras haber órdenes de capturas en su contra.

“Las pandillas han cambiado su modos de vida: no están en casa con sus familias sino bajo un palo de mango o un campamento donde están armados”, agregó.

Pareciera que la pandilla 18 es la que más se está enfrentando a la autoridad, aunque la MS es la más numerosa.

Varios de los pandilleros ya son personas mayores de edad, algunos con hijos y que “les aprietan los zapatos”, dice.

En San Miguel los tiroteos son más frecuentes en la cabecera, pero sobre todo en zonas montañosas y elevadas donde buscan ventajas. De esos lugares suelen escapar, y  abandonan sus armas. 

De ahí que de enero al 1 de octubre solo en enfrentamientos, la Policía les ha decomisado a los pandilleros más de 474 armas.