Error al registrar a un marero le costó la vida a un agente policial

Desde un principio, el "Largo" hizo saber a sus cómplices que entre sus genitales tenía un revolver calibre .38 mm.

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10 October 2016

A media tarde del 6 de febrero de 2015, un grupo de mareros decidió ir a bañarse a unas pozas llamadas Amulunga en San Sebastián Salitrillo, departamento de Santa Ana.

El Largo, quien era el cabecilla de la clica Zapotitanes Criminales Salvatruchos (ZCS)  ordenó a un marero apodado El Oscuro, que fuera a rondar en una motocicleta para ver que no hubiera policías en el trayecto. El Oscuro regresó y les dijo que no había problema.

El grupo salió de una casa que tenían alquilada en una colonia de la zona, donde vivían entre 12 y 15 mareros de diversos lugares de Ciudad Arce y Coatepeque.

Sin embargo, a poco de haber caminado, tres policías que andaban patrullando en bicicleta, interceptó a los mareros. Les ordenó que se hincaran y procedió a registrarlos. Les encontraron dos armas cortas y dos machetes.

Luego llegó un pick up policial donde el grupo fue trasladado, esposados todos, al puesto policial de una colonia de la zona, que estaba a menos de un kilómetro.

“Aquí tengo la tres levas”

Los nueve mareros estaban esposados de una mano en pareja. El Largo estaba en un extremo, por lo que tenía una mano libre.

En un parpadeo, los mareros idearon un plan para liberar a su cabecilla, El Largo, y a los otros compinches que habían caído presos.

Desde un principio, El Largo hizo saber a sus compinches que entre sus genitales tenía un revolver calibre .38 mm.

“Aquí tengo la tres levas. Pónganse buzos; agáchense y pilas”, les decía el cabecilla en voz baja. Los demás solo asentían con un movimiento de cabeza.

La maniobra de rescate

El Oscuro, quien había fallado en su misión de verificar que en las calles donde caminaría el grupo hacia las pozas no hubiera policías, corrió a la casa destroyer, tomó un AK-47, y El Gato se llevó una escopeta.

El plan era hacer una maniobra, una disparazón, para distraer a los policías.

Sin embargo, algo cambió.

En el puesto policial cayó una llamada en la que alertaban de que había un carro rojo abandonado con armas en su interior. Los policías fueron a verificar esa llamada, por lo que solo quedaron dos en el puesto policial.

Como a los tres o cuatro minutos de que el grueso de policías salió a verificar lo del carro abandonado con armas, El Largo sacó el revólver y comenzó a disparar.

Primero disparó a la mujer policía y luego al compañero de ella, Erick Alejandro Reyes Morales, quien estaba frente a un computador, haciendo las actas de capturas.

El policía murió al instante. El Largo le asestó un disparo en la frente.  A la Policía le metió una bala en la espalda; varios mareros forcejearon con ella hasta desarmarla.

Luego los mareros se liaron a balazos con una patrulla policial que se aproximaba al puesto de la colonia. Balearon a otro policía y escaparon. Eso es lo que ha relatado varios testigos criteriados (con beneficios penales) durante la vista pública contra 12 mareros que realiza el Juzgado Especializado de Sentencia de Santa Ana.

El error de un grupo de policías al no registrar bien a los mareros le costó la vida al agente Reyes Morales. Y casi le cuesta la vida a dos más.